Narrador Omnisciente.
La menor tomo una de las sábanas con rapidez, cubriendo su cuerpo completo, podía sentir su rostro comenzar a calentarse, y estaba segura de que se había sonrojado hasta las orejas.
─Oh... Carajo.─ Susurro Warren, volteandose, y dándole la espalda a la joven en aquella cama. ─Lo siento, no fue mi intención.─ Se disculpo.
─E-esta bien... ─ Respondió en un Susurro, la pelinegra aprovecho que el mayor de voltee y ella arreglo su ropa con rapidez, para tomar asiento en el borde de la cama. ─Ya... Ya puedes voltear.
Warren trago saliva y alzó su mano, mostrando las llaves con las que abrió la puerta.
─Tom no podrá venir, tiene unos cuantos asuntos de suma importancia que atender, se disculpa por hacerte esperar y que cuando el vuelva te explicará la situación.─ Hablo el castaño con neutralidad.
La pelinegra asintio, aún apenada por la situación en la que se había metido, y aún así, tener a la persona que le había visto el trasero, frente a ella.
─Tom.... ¿El no estará?─ Pregunto, el simple hecho de quedarse sin el mayor, estando en aquella casa, le causaba escalofrios.
─No... Se irá dentro de unas horas, pero antes tiene que arreglar unos asuntos, posiblemente esté de regreso en la madrugada. ─ Warren viajo su mirada hacia la botella de agua, y frunció el seño. ─Lydia... ¿Quien te dió eso?─ Señalo con la mirada.
─Ouhh... Apenas salí del entrenamiento un chico me la ofreció, diciendo que Tom lo había enviado.─ Explico.
El castaño suspiro aliviado al ver que está estaba completamente sellada, y aún tenía todo el loquido, indicando que nadie a bebido de esta.
El mayor se movió con rapidez y tome la botella entre sus manos, analizando, pero a su simple vista está no tenía ningún peligro, tendrían que hacer análisis.
─¿Acaso Tom no te explico el que no debes de confiar en nadie? ─ Sus palabras eran duras y la seriedad en su expresión, causaba leve intimidación en la menor. ─No vuelvas a aceptar algo que ten, a menos de que sea Tom.
La pelinegra asintio, recordando las palabras del de trenzas, dándose una cachetada mental al ser tan despistada.
Warren le miro por unos segundos más y se volteo, saliendo de la habitación, está vez sin dejar y portazo, solamente salió y cerro con normalidad.
El castaño bajo las escaleras con la botella en mano, ideando quien de todos los lacayos que trabajaban para Tom sería el valiente de traicionarlo.
No tenía muchas sospechas, y es que realmente nadie se atrevería a entrar en aquella casa solo para hacer tremendo acto, sabiendo de las consecuencias.
Subió su vista y observo que Eliot ya se encontraba junto a Tom, quien al darse cuenta de su presencia acomodo las fotos nuevamente en el sobre, dejando estás sobre la mesa.
Warren llegó hacie ellos y le extendio la botella de agua al de trenzas, quien tomo aquello confundido.
─A Lydia le dieron esto después de su entrenamiento, dijeron que tú lo mandaste.
─¿Ella lo acepto?
─¿Tu qué crees, idiota? Esa niña está en peligro total, lo mejor sería llevarla a otro lugar, lejos de aqui, dónde solo nosotros sepamos de su ubicación. ─ El de trenzas mordió su lengua, pensativo en aquella posibilidad. ─ Ah... Y también te estaba esperando en una posición... Un tanto comprometedora..
Tom elevó su vista hacia el castaño, que lo miraba con una sonrisa burlona, y casi de inmediato escucho la risa del rubio a su lado.
─¡Estaban por tener una noche de sexo!─ La risa de Eliot se podía escuchar por todo el salón, causando la leve molestia en el de trenzas.
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𝗦𝘁𝗼𝗰𝗸𝗵𝗼𝗹𝗺 ; Tom Kaulitz.
Fanfiction"𝙀𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡 𝙨𝙞𝙚𝙢𝙥𝙧𝙚 𝙨𝙤𝙧𝙥𝙧𝙚𝙣𝙙𝙚, 𝙖𝙪𝙣𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙚́ 𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙩𝙤 𝙙𝙚𝙨𝙙𝙚 𝙚𝙡 𝙥𝙧𝙞𝙣𝙘𝙞𝙥𝙞𝙤." ─Tu no puedes querer a nadie, por qué para eso necesitas un corazón..─ Musitó la pelinegra, con sus mejillas empapadas de...