De regreso en el tren, Sammy me ve los ojos repletos de lágrimas por primera vez antes de que entierre el rostro en su torso para que los viajeros de este vagón no contemplen la mueca tan ridícula que hago mientras lloro. Para mi asombro y alivio, Sammy lo hace conmigo. Ahora que falta la bruja del grupo, solo nos tendremos a nosotros dos.
Nos abrazamos desconsolados varios minutos, sin emitir ningún sonido distinto al de nuestros sollozos ahogados y algún que otro quejido por la rabia que nos da llorar en público. Conseguimos calmarnos y, de la nada, empezamos a sonreír con un surco rojo alrededor de los ojos.
—Somos idiotas —musita él restregándose las lágrimas por la cara—. Deberíamos celebrar que la bruja gruñona se ha ido en vez de lloriquear.
—Eso ni en broma, ¿me oyes?
Le pellizco el costado y pega un chillido agudo. Cuando el tren frena en la estación más cercana a su casa, Sammy me besuquea la frente y se baja al andén con un exagerado movimiento de mano que intercala con besos al aire hasta que la velocidad me aleja de esa parada rumbo a la zona de mi residencial. Desvío la atención a las vistas del exterior, que se convierten en una mezcla de colores dorados por el sol, azules por el cielo despejado y marronáceos por la mayoría de los edificios que se yerguen imponentes por esta parte de la ciudad. Creo que podría pintar esto sin miedo a estropearlo por primera vez.
Saco el móvil, acciono la aplicación de la cámara y, justo cuando pulso la tecla táctil para tomar una foto del paisaje, la pantalla vibra por un mensaje entrante de un número desconocido que reconozco por la foto de perfil. Una punzada de ilusión me acelera el corazón. Leo el mensaje tras agregarlo a contactos.
Asher:
Mañana por la tarde estrenan la película que
me comentaste el día de los helados
¿Vamos a verla?
El tiempo se suspende mientras releo el mensaje una y otra vez intentando digerir que al fin Asher se haya animado a hablarme. Que se haya acordado de la película que le comenté. Y no solo eso, sino que también me haya invitado a salir. Hace meses soñaba con que llegase este momento. Ahora, después de tanto... no sé qué sentir. Pego un brinco al notar una nueva vibración.
Asher:
Quiero hablar contigo sobre algo
Soy tu vecino Asher, agrégame
Como si mis neuronas se hubiesen olvidado de teclear una respuesta coherente, guardo el móvil y enredo los dedos. Bajo en mi parada, nerviosa, sin saber muy bien qué contestarle tras haber leído lo último. Relax, Anya Holloway, me repito entre suspiros alterados porque temo que Jeff le haya contado algo de lo que presenció anoche entre Kai y yo. Camino deprisa, necesito llegar a mi piso cuanto antes y pensar bajo el chorro de agua fría de mi ducha. En realidad, no es que tenga que pensar demasiado nada, solo ser sincera si me pregunta. También necesito poner en orden mis pensamientos y saber hasta dónde quiero llegar con Asher si quedamos a solas. Porque soy consciente de que no quiero repetir aquel último beso desagradable que nos dimos, aunque aún no sepa a ciencia cierta por qué lo sentí así.
La charla mental que mantengo conmigo misma se interrumpe de sopetón al girar la esquina de mi calle. Distingo el inconfundible Jeep rojo de Kai aparcado. Y a él apoyado de espaldas en la puerta del copiloto con un cigarro entre los dedos. Tengo el corazón tan acelerado desde hace un rato que me cuesta diferenciar si latía así de rápido hace un momento.
ESTÁS LEYENDO
©Si nos volvemos a ver (SINOSVOL) (COMPLETA)
Romance🧡FINALISTA WATTYS2023🧡 Anya Holloway ha estado enamorada de Asher en secreto durante más de un año. Sin embargo, cuando empiezan a correr los rumores de que Asher ha roto la relación con su famosa novia, la mejor amiga de Anya organiza una quedada...