68 - Anya Holloway

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A pesar de que aún es de día, el sol comienza a teñir el cielo de un naranja tan especial que me cuesta contener la tentación de volver a mi dormitorio y ponerme manos a la obra con las pinturas y los instrumentos que he comprado mientras hacía tiempo por el centro de Madrid hasta que llegase la hora.

Apenas he dormido, me restriego los ojos con dificultad, sin borrarme el eyeliner, y me siento en un banco bajo unos árboles enfrente de la entrada al cine. Los tejanos cortos y la camiseta de tirantes verde no me absuelven del horrible calor que hace hoy en Madrid. Otro motivo es que he estado paseando por estas calles más de una hora intentando calmar mis pensamientos y reordenar la cabeza. Me daba tanto miedo que Kai nos viese juntos en el residencial que preferí enviarle un mensaje a Asher con la excusa de que había quedado con unos amigos antes de la cita.

Las calles están repletas de jóvenes que caminan de un lado a otro con la estación del verano plasmada en sus caras. Siempre adoré esta época del año porque la gente se olvida de las preocupaciones. Solía acompañar a Vero a festivales de libros, de música y ella a mí de pintura o dibujo; nos recorríamos los museos, las tiendas nuevas de ropa y soñábamos despiertas con tener coche para poder irnos de escapada a la playa. La echo de menos. Suspiro, agobiada, y releo los mensajes que intercambié hace un rato con Sammy.


Anya:

No me apetece ir a la cita con Asher

Sammy:

¿Te has vuelto loca?

¡¡Llevas deseando esto un año!!

Anya:

Estoy confundida

Se va pronto y...

No sé qué siento hacia él

Sammy:

¿Amor?

¿Idealización?

¿Atracción física?

¡Ve y descúbrelo, maldita loca!

...

Estás muy rara, querida

Qué más quieres que te diga

Anya:

Sí, me estoy volviendo loca

Necesito a Vero en mi vida

Sammy:

Coincido

A mí estas cosas se me dan FATAL

Anya:

Supongo que iré

Gracias, Sammy ❤️

Sammy:

¡Ya me contarás!


Si antes de hablar con él tenía dudas, ahora es incalculable la cantidad de contradicciones que me ronda la cabeza. Tiene razón, llevo mucho tiempo deseando que suceda esto, que Asher tome la iniciativa y me invite a una cita. No sé cuántas veces he llorado abrazada a mis piernas en el dormitorio porque era completamente invisible para él, porque había empezado una relación con una modelo a la que jamás me parecería por más que quisiese, por tantas cosas... Sin embargo, cada vez que pienso en Asher, los recuerdos de Kai me invaden el estómago no como un revoloteo de mariposas, sino como un huracán de colores vivaces similares a los que porto en la bolsa que he dejado junto a mí en el banco.

Aún me dan ganas de taparme la cara con ambas manos cuando recuerdo lo de anoche, aunque esta mañana la despedida entre nosotros fue... extraña. Kai apenas hablaba y puso rumbo a su edificio tras un escueto «Disfruta del verano». Sonó a despedida, pero a esa de las largas. Sonrío atontada quitándole importancia a eso y doy un respingo al sentir la vibración del móvil sobre el regazo.

©Si nos volvemos a ver (SINOSVOL) (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora