—Estás como una regadera.
Simon le da un trago a la copa tras su protesta y me fulmina con la mirada como si últimamente mis decisiones fuesen un tremendo caos de contradicciones y meteduras de pata. Pronto este pub dejará de ser mi lugar de trabajo y sé que lo extrañaré como muchas cosas ordinarias de mi rutina actual, aunque en este instante tengo la cabeza repleta de pensamientos sobre Anya, mi padre y Barcelona.
—Amigo, se te ha nublado el juicio desde que conociste a esa chica.
—Anya —lo corrijo.
—¡Eso, Anya! —canturrea con sorna—. ¿Por qué no la agregas a la ecuación y te ahorras un problema? Podrías invitarla a Barcelona los fines de semana.
Sacudo la cabeza con calma mientras abro y cierro la tapa de cartón de la cajetilla de tabaco en un gesto nervioso. Estos días no he podido fumar porque tenía la garganta irritada del resfriado.
—Eso repercutiría a su rendimiento en la universidad —le explico—. Además, le será fácil olvidarse de mí en cuanto conozca a más chicos de su edad en clases.
He de admitir que eso último lo he dicho para convencerme a mí mismo, aunque me repatee creer que pueda ser así. Simon eleva su labio superior, arruga el ceño de una forma casi exagerada y bufa con indignación mientras niega en silencio. Luego, me apuñala con sus ojos oscuros.
—¿Te has vuelto imbécil? —inquiere—. Si tienes miedo, enfréntalo, pero no lo enmascares de esa manera. Conmigo, no.
—Es la realidad, Simon.
—¿La realidad? Te diré cuál es la realidad: te has pillado hasta las trancas por Anya y no quieres admitirlo. Al menos, no en voz alta. —Da una palmada a la barra del pub donde estamos sentados y me señala con el índice—. ¿Y sabes cuál es la otra realidad? Que el tío al que yo admiro siempre ha sido un valiente, uno de esos locos que se tiran a la piscina aunque no sepa si está llena o vacía, no un cobarde que huye cuando se le presenta la oportunidad.
Tiene tanta razón que me duele no poder contradecírselo. Él sigue ladeando la cabeza en su propio monólogo interno hasta que chasquea la lengua listo para atacar de nuevo.
—¿Acaso estás dispuesto a que Anya te olvide? Sé sincero, Kai —me exige enervado—. ¿Quieres que se olvide de ti tan fácilmente? ¿Así como si nada hubiese sucedido entre vosotros? ¿Quieres tú olvidarla a ella?
—Sí que te ha caído bien Anya —me burlo de su actitud.
—Eres un capullo, tío. Creo que deberías replantearte las cosas, sobre todo la conversación que tuviste con tu padre.
—No retrocederé sobre mis pasos —gruño.
Escupe una risa sarcástica y me muestra los dientes al sonreír.
—No seas absurdo, ya lo estás haciendo.
De pronto, el móvil me vibra en el bolsillo trasero del pantalón. Me incorporo, desbloqueo la pantalla y me atraganto con mi saliva al leer quién me está llamando, un contacto que no recuerdo haber guardado:
«La chica de lospañuelitos».
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©Si nos volvemos a ver (SINOSVOL) (COMPLETA)
Romance🧡FINALISTA WATTYS2023🧡 Anya Holloway ha estado enamorada de Asher en secreto durante más de un año. Sin embargo, cuando empiezan a correr los rumores de que Asher ha roto la relación con su famosa novia, la mejor amiga de Anya organiza una quedada...