#39|Penélope.

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Nunca me gustaron los funerales. Me parecen innecesarios, otra forma de despedirse de la persona y alargar más el sufrimiento de no tenerla y no volver a verla más.

No fui al funeral de papá y mamá me lo reprochó por meses.

Me negaba rotundamente a formar parte de ese grupo de individuos que se regodeaba en la tristeza y el lamento, en lugar de recordar con cariño a mi padre. Sabía que para ella debía ser aún más difícil, tener que soportar el peso de un día en el que todos se acercaban para expresar sus condolencias, mientras ella misma luchaba por cargar con el peso de su propia pérdida.

Fue egoísta de mi parte, dejarla sola en ese momento, pero era un niño resentido. Con el mundo en general.

Ese día creía no encontrar nunca a alguien que suplantara a mi mejor amigo.

Papá.

Sonará todo cursi, pero Calum se acercaba a ser esa especie de amigo que era mi padre para mí.

Ese día del funeral de mi padre, él estuvo conmigo. En silencio, mientras escuchaba una y otra vez el álbum de papá a todo volumen, sin preguntar el porqué lo repetía, con un viejo equipo de música portátil en el viejo teatro.

—Joder, hombre. Esa canción es buena—Recuerdo escucharle decir para aligerar el ambiente. En repetidas veces me quitaba las lágrimas con las mangas de la camiseta, evitando que me viera así, pero él no le importaba.

No haber asistido al funeral de mi propio padre no me hace sentir extraño, pero sí al estar en el funeral de otra persona.

La mamá de Hope, Penélope.

Penélope Jane Douglas.

Miro su foto en una pequeña mesa redonda a la entrada del establecimiento en donde está preparado su velatorio. Es una foto en blanco y negro de ella solamente con su hombro ligeramente hacia adelante y su cabello largo al mismo estilo de Hope, lacio. Heredó su cabello y puedo asegurar que el color particular naranja rojizo, también. No sé desde hace cuanto tiempo es la foto pero es como ver a Hope en unos diez años más. Al lado del marco hay un jarrón con flores blancas y un libro en donde parece que la gente ha escrito frases.

No puedo creer que los seres humanos seamos tan hipócritas. La mamá de Hope necesitaba ayuda por el consumo de drogas y la internaron sin ni siquiera ayudarla a salir de eso, así no puedo entender porque hay tantas frases en el libro.

"͔Fuiste una excelente persona"

"Nunca te olvidaremos"

"Tu esposo e hija te extrañarán por siempre."

Puedo apostar que nadie la visitó.

Penélope experimentó una notable mejoría en su salud, lo que llevó a los médicos a considerar darle el alta en un par de meses. Sin embargo, eso hizo que tuviera pequeñas crisis de miedo y ansiedad abrumadora, ya que no estaba segura de poder evitar recaer en su adicción. La situación empeoró rápidamente, ya que Penélope desarrolló un episodio de psicosis. Hace unos días, durante el cambio de guardia de las enfermeras, Penélope decidió lanzarse desde el cuarto piso por la ventana de su habitación. El padre de Hope se enteró al día siguiente y estuvo en estado de shock por varios días, los mismos días en que fuimos a su casa y él no se encontraba.

Luego de dos semanas, de emborracharse, ir al hospital, negar hacer el papeleo, volver a emborracharse el papá de Hope decidió reconocer el cuerpo y terminar con los trámites para el funeral. Y por último, decirle a su hija.

Suspiro al darle paso a otra pareja de extraños que pasan viendo con lamentos la foto de la mamá de Hope. Pasan por un pasillo y llegan a la estancia donde Hope y su papá están sentados esperando al orador para comenzar. Todo el que pasa por la puerta principal se acerca a ellos a darle sus condolencias.

Good Girl | Michael CliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora