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Apago el cigarillo y estiro mi brazo para dejarlo en el cenicero de la mesa a mi lado. Me dejo caer en el sofá de cuero en el centro de la sala de la casa de Calum. Trato evitar el bullicio de gente en esta mierda. El aire es húmedo y huele en todos lados a tabaco. A mi lado está una chica besando a un tipo.

-uhm, ¿te puedo ayudar?- me dice la chica a mi lado y el tipo me observa de mala gana.

Yo meneo mi cabeza en negación y volteo a ver al fondo.

No me voy a meter en una pelea esta noche.

-Veintidós- susurro contando con impaciencia los minutos que faltan para largarme.

En toda la cantidad de gente -que no conozco- en el pequeño apartamento de Calum, no lo encuentro a él.

Alguien me tapa los ojos y coloco mis manos en mis ojos.

Manos finas.

-Adivina quien soy.

Su voz lo que me provoca son ganas de vomitar.

Yo gruño e intento zafar sus manos de mi cara pero no logro.

-Vamos Michael, ¡adivina!

Aún tengo los ojos tapados.

-No estoy para juegos Acacia.

Ella bufa y quita las manos de mis ojos y busca de sentarse en mis piernas.

-Solias ser divertido antes.

Su boca está pintada de un fuerte color cereza y su cabello rubio suelto a un lado.

Se logra sentar en mis piernas y comienza a reírse de una manera enfermiza -no le presto atención-

Obtenemos la atención de muchas personas, deberán creer que volvimos o algo pero no me importa que crean, he aprendido que sólo me tengo que preocupar de mí.

Acacia comienza a besar mi cuello y yo gruño de molestia pero ella no capta.

-Vamos a divertirnos un rato.

Besa mi hombro y yo ruedo los ojos.

-Acacia para.

-¿Por qué quieres que pare? Si a ti te gusta que haga esto.

-En serio, ¡para!

-Uagh.

Ella se separa y la veo molesto.

-¿Que quieres?

-Lo que tú quieras- responde y pasa sus dedos por debajo de mi camiseta.

Yo las quito y se las coloco en su pecho.

-¿En que te metiste?

Ella me mira seria y pasan unos minutos.

-Tengo un problemita.

Su voz es diminuta.

-Lo supuse.

Me cruzo de brazos y ella ve hacia otro lado de la habitación aún sentada en mis piernas.

-Resulta que tengo unas deudas que pagar.

-No me imaginaba menos.

Ella me rueda los ojos, obstinada.Acacia en lo único que se preocupa es el dinero y no alterar su dieta compulsiva.

Yo suelto un suspiro y me froto la cara. No debí ni venir en primer lugar.

-Tengo que pagarle pronto a Luke.

-¡Qué!

-Me enrede con él y salió todo mal. Me dio cosas que no creí que me iba a cobrar.

No era sorpresa que esta chica consumiera drogas.

Good Girl | Michael CliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora