「 Chapter 35 」

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—YooBin, creo que entró alguien a tu casa.

El pequeño pelinegro se molestó un poco cuando su pareja se había separado del fogoso beso que ambos se proporcionaban para decirle un asunto menor que no suponía problemas.

—¿Uhm? Debe ser MinGi, de seguro se confundió de puerta y entró aquí. En un momento se debería ir.

—Pero deberíamos asegurar... 

Antes de terminar la oración, los rápidos labiales de Yang chocaron contra los suyos dándole continuidad al beso que con anterioridad él había terminado.

No pasaron ni un par de minutos y se escuchó un gran estruendo en la zona de la entrada del departamento que provocó diferentes emociones de los jóvenes amantes. JiChul agarró a su pequeño novio que estaba en sus piernas y lo recostó en la cama para él salir y verificar que todo estuviese en orden en el resto del departamento, pero YooBin sabía bien que la persona que perturbaba su momento íntimo con su novio era su mejor amigo y salió también para confrontarlo.

El problema que YooBin no contó era que vería a su mejor amigo tirado en la entrada de su departamento a mitad de quitarse su calzado sin éxito y llamando con desespero a su mascota. Tenía la mirada fija en el suelo y su piel que normalmente se vería unos tonos ligeramente oscuros ahora estaba tan pálida como la piel del propio YooBin; eso lo espantó.

—¿MinGi...?

Una temblorosa voz sonó llamando su nombre y el chico alzó su vista para fijarse en la persona y notar que había entrado en el departamento equivocado y rio. Su risa era nerviosa y baja, casi para sí mismo. Se acomodó de mejor manera en el escalón que separaba la zona del calzado con el resto del departamento e intentó colocarse de vuelta su zapato que ya estaba afuera.

—¿Qué pasó, MinGi?

Volvió a hablar Yang esperando una respuesta por parte de su mejor amigo, pero solo estaba recibiendo su silencio así que optó por acercarse y arrodillarse tras suyo.

—Ming, ¿qué está mal? ¿Te sientes bien?

—Leo... Solo quería estar con Leo... —dio vuelta su rostro cuando su amigo le habló con delicadeza y trató de sonreírle para tranquilizarlo, pero las intensas y dolorosas punzadas que apuñalaban su cabeza y pecho solo hacían que su expresión se retorciera—. Estoy muy bien... No pasa nada... Solo me duele, duele mucho...

—¿Qué te duele? Dime y te ayudo...

Pero, al momento en que YooBin alargó su brazo para tocar su hombro, MinGi se contrajo en su lugar y comenzó a respirar con dificultad.

—¡Estoy bien! ¡Estoy bien! ¡Solo necesito a Leo! ¡Duele y se siente horrible! ¡Es lo de siempre, me duele mucho, pero estoy bien! 

Ninguno de los dos chicos esperaba esa reacción en el chico y trataron de tranquilizarlo con pocas palabras, sin embargo, no estaban logrando nada, solo hacían que se alterase más. De repente, YooBin recordó algo y su respiración se cortó. Su mejor amigo estaba actuando como la primera vez que lo vio tener un ataque de pánico en sus años de adolescencia cuando supo de su inminente miedo al amor. Tragó saliva con fuerza y suspiró para tranquilizarse.

—Ey, Ming, mírame —trató de tocar al chico, pero él seguía repitiendo sus mismas frases una y otra vez, abrazándose a sí mismo—. Antes de tener a Leo y que él te consolase, ¿quién estaba contigo? ¿No era yo? 

—YooBin —JiChul llamó a su novio para preguntar qué sucedía, pero él solo lo ignoró y siguió hablándole a su amigo.

—¿Lo olvidas? Cuando llegabas llorando porque te caías y te lastimabas, ¿quién te abrazaba y consolaba? 

RAMÉ [Boys Love]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora