「 Chapter 34 」

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MinGi abrió sus ojos a más no poder cuando sintió el espacio personal de su rostro ser invadido por el de otra persona, no limitándose solo a ello, sino que también había juntado sus labiales con los propios. El tierno beso que comenzó cómo una corta unión de labios, se vio interrumpido por la intromisión de una salvaje lengua que dominó por completo a los rígidos labios de MinGi, abriéndose y demandando lugar en su cavidad bucal, jugando con el sinhueso contrario y atrayéndolo hasta su propio interior para seguir divirtiéndose ahí. Una vez logrado aquello, continuó mordiendo la lengua inexperta de MinGi y luego chupándola para que el pequeño dolor generado por el acto cesase.

Sus manos tampoco se quedaron quietas, mientras su diestra continuaba agarrándolo por la región del trígono carotídeo del cuello del menor para elevar su rostro, su mano sobrante descendió hasta su espalda para darle estabilidad en la posición en la que se encontraban. Por otro lado, MinGi, en lo poco que su cabeza podía procesar, empujaba sin nada de fuerza el pecho del Hyun para que se separase de él y le permitiese respirar.

Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano. Hyun estaba extasiado en su totalidad por al fin lograr un acercamiento de ese tipo con MinGi después de tanto tiempo en el que se conocían. No paró, continuó jugueteando a su antojo con los carnosos labios que MinGi tenía y eran la fuente de tortura para Hyun cada que lo veía sonreír, cada que hablaba, cada que comía, hasta cuando no hacía nada con sus labios Hyun sentía que era la fruta prohibida que nunca tendría, solo en esta ocasión sentía la adrenalina por haberla probado.

Cuando por fin decidió que era hora de separarse del contrario, dejó una fuerte mordida en su lengua para luego acariciarla con la propia y que así no olvidase aquel beso. Sin embargo, al momento de abrir sus ojos, la escena que esperaba que estuviese en su delante no existía, en su lugar, la mirada de pánico y miedo estaba presente en MinGi quien cubría sus labios con el exterior de su mano.

Ese fue el momento en el que Hyun entendió perfectamente el mal insólito que significaba el haber consumido las pepas de granada del inframundo y cómo no se libraría del desastre que estaba por ocurrir.

—Perdón... MinGi... No sé qué pasó, per...

—... Irme...

—¿Ah...? —Hyun intentó tocarlo para que la mano que estaba en su boca le permitiese hablar.

—Q-Quiero irme... —MinGi retrocedió entre temblores y de manera extraña con su mano sobrante—. Vete...

—Ming, no te puedo...

—¡Vete! ¡Vete!

MinGi dio vuelta a su cuerpo y se arrastró por el suelo avanzando en cuatro hasta volver a golpearse contra el vidrio que tenía en su delante, el dolor no le importó y giró hacia su derecha donde volvió a golpearse.

—MinGi, si sigues así te vas a terminar lastimando... Ven... —cuando se puso de pie y se acercó a él, intentó tomarlo del brazo para que se colocase de pie de igual manera y ayudarlo a salir de la atracción, sin embargo, MinGi evitó que lo tocase echándose hacia atrás y volviendo a golpearse esta vez su omóplato y hombro—. ¡MinGi!

—¡No me toques! ¡No me toques! ¡No quiero, no me toques!

—MinGi... —Hyun se llenó de dolor al verlo en ese estado.

—Me quiero ir, me quiero ir, ayuda, por favor...

Repetía incesantemente mientras se sujetaba la cabeza y acurrucaba en el suelo del lugar contra el espejo que estaba tras suyo. Jeon Hyun por su parte no tenía idea cómo apoyarlo para que se detenga, cada que intentaba ponerle una mano encima para ayudarlo a levantarse y salir de ahí, MinGi alzaba su voz exigiendo que no lo tocase y que lo dejara en paz. 

RAMÉ [Boys Love]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora