Innocent's {Jamie Dornan}

Capitulo Once:

—Dios—se quejo Justin abriendo la puerta con la pierna ya que sus manos estaban muy ocupadas con el cuerpo de Mía. La dejo suavemente en su cama y suspiro respirando hondo. Había subido cinco pisos con Mía en brazos y aunque tomo el ascensor, no pudo soltar el cuerpo de Mía. Esta se aferraba a su cuello como si su vida dependiera de eso. Se sentó en la cama quitándose los zapatos y miro a Mía dormir. Había sido una noche muy larga y solo quería dormir. Mía estuvo como loca bailando y bebiendo toda la noche. El cómo estúpido, estuvo todo el tiempo detrás de ella alejándola de los chicos que querían provecharse de ella. Si Mía no era de él, no iba hacer de nadie. Se quito la camisa levemente manchada de sangre y suspiro. Se peleo con dos chicos porque se estaban propasando con Mía. Y ni hablar del hermano de Mía, Elliot. Rapido que la localizo, le pego varios puñetazos a Justin creyendo que este se estaba propasando con ella, pero luego de que se pelearan, Justin le explico quien era y Elliot le pidió que la llevara a casa de Jamie, pero él no lo hizo. Quería tener segura a ___ y con él iba a estarlo. Se puso de pie y camino al baño dándose una ducha.  Se puso los bóxers  y le quito los tacones a Mía. Como pudo, le quito la camisa y el pantalón dejándola en ropa interior. Trato de no verla, pero era imposible. El cuerpo de Mía era espectacular y aunque quisiera seguir viendo su cuerpo, no iba aprovecharse de ella. Cuando viera el cuerpo de Mía, seria cuando ella quisiera y cuando estuviera cuerda. El quería hacerle el amor y acariciar su cuerpo cuando ella estuviera despierta, no dormida. Se acostó al lado de esta y suspiro apagando la lámpara. Mía gimió dándose la vuelta  abrazando a Justin por detrás. Este pensó que estaba despierta, pero se relajo al sentir la respiración lenta de esta. Sonrió entrelazando sus manos con las de Mía que estaban en su estomago. Ambas pieles encajaban a la perfección y no dudaba que sus cuerpos también encajarían. –Buenas noches, hermosa—sonrió antes de cerrar los ojos.

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Mía gimió al sentir los rayos del sol en su cara y se dio la vuelta tapándose. Abrió los ojos de golpe al oler perfume de hombre y miro a todos lados asustada. ¿Qué hacia ella en una habitación que no era la suya? Mía se miro hacia abajo horrorizada al ver que estaba en ropa interior. Ella no s acordaba nada de la noche anterior. ¿Qué mierda hice? se pregunto. ¿Qué hacia ella en ropa interior en un cuarto que no era suyo sino de un hombre? ¿Acaso se había ido con un chico? Ella no recordaba nada. Miro la ropa tirada en el piso y sintió ganas de llorar al ver la ropa de hombre al lado de la suya. Se tapo la cara horrorizada. ¿Qué había hecho? ¿Acaso ella se había acostado con ese chico? ¿Acaso ella había perdido su virginidad? Sollozo al pensarlo. Ella quería que su primera vez fuera especial, que fuera con el hombre que amaba, pero al parecer no seria así. Jamás volvería hacer así. Se había ido a casa con un desconocido y se había acostado con él. Mía no podía creerlo.

— ¿Qué pasa?—rápido alzo la vista al escuchar la voz de Justin y abrió la boca sorprendida. ¿Acaso ella se había ido con Justin? ¿Acaso ella y el tuvieron relaciones? ___ no sabía si seguir llorando o gritar de felicidad. — ¿Por qué lloras?—pregunto preocupado mientras dejaba la bandeja del desayuno en la cama y se sentaba al lado de ella.

— ¿Qué hago aquí?—pregunto Mía y Justin miro su rostro rojo por haber estado llorando. ¿Por qué lloraba? se pregunto Justin. El no sabía porque, tampoco porque debería llorar.

—Ayer estabas muy borracha y drogada, tu hermano no podía verte así—dijo Justin y Mía abrió la boca, pero no dijo nada. ¿Qué iba a decir? Se había drogado y apenas se recordaba de la noche.

— ¿Y ___?—pregunto asustada. No quería que esta la viera así en la cama de su novio. Dios, no quería que ___ pensara mal. Rapido se puso de pie, pero al darse cuenta que aun seguía en ropa interior, volvió a meterse a la cama tapándose con la sabana. Justin sonrió ante eso y le puso la bandeja en su regazo. Esta mañana se había levantado para hacerle el desayuno a Mía y se había esmerado para hacerlo muy bien.