Cuarenta y Dos

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—Es mejor que empieces hablar—dijo Jamie fríamente aun sin mirarla. No pensaba hacerlo de todos modos. Porque si la miraba. Le entrarían ganas de azotarla hasta cansarse. Le entrarían ganas de amarrarla y azotarla hasta liberar todo su enojo y dolor con ella. Estaba muy molesto, muy dolido. No solo le había mentido, sino que también se habían burlado en su cara. Después de todo lo que él hizo por ella, de todo lo que le dijo, ella siguió engañándolo. Siguió viéndole la cara de tonto. Siguió como si nada, siguió jugando con él, siguió metiéndose debajo de su piel hasta lograr terreno. Y vaya que terreno, se había metido en el corazón. Y eso no era lo peor, lo peor es que ahora toda su familia sabía lo que él hacía. Su familia sabía lo que él era, lo que él hacía en la habitación roja. Ahora tendría que aguantar la humillación de ver las caras de su familia. Tendría que aguantar la cara de dolor de Grace al ver en lo que él se había convertido, en ver lo que él hacía con las mujeres. Tendría que aguantar la mirada de decepción de Clark. La mirada incrédula de sus hermanos y la mirada de terror de su hermana. Ahora todo estaba perdido y todo por culpa de esa mujer que lo estaba mirando ahora mismo. Ella era la culpable de todo lo que había pasado. La culpable de que su familia supiera todo, la culpable de haberlo cogido de bobo y la culpable de que él se sintiera un desgraciado. Se sentía un monstruo, un asqueroso al saber que su familia sabía lo que a él le gustaba. Se sentía peor que eso, se sentía una basura. Y todo por culpa de ella. Porque ella había jugado desde el principio con él, le había mentido, le había ocultado cosas y lo había engañado. ¿Cómo no se dio cuenta antes? Todo en ella era misterio, su historial no estaba completo. Había cosas que faltaba y Welch se había puesto en marcha con eso, pero no consiguió nada. ¿Por qué no se dio cuenta? Hasta viéndola bien tenía un leve parecido a Leila. Si que había estado ciego todo este tiempo. Ni del parecido se había dado cuenta. Lo peor es que lo había descubierto tarde, se había fijado bien tarde. Se maldecía por ser un imbécil, un idiota. Él no era fácil de engañar, no era fácil que le mintiera porque se daba cuenta de que había algo más, pero no. Él jamás se dio cuenta de ___ le estaba mintiendo, jamás se dio cuenta de la forma en que esta estaba jugando con él. Jamás se dio cuenta de nada y por eso no pudo ponerle un alto. No pudo ponerle un alto a sus emociones, a su corazón y ya todo era tarde. Él la amaba, la amaba demasiado y por ella estaba dispuesto a todo. Es más, esta noche en especial era para comunicarle a su familia que llevaría su relación a otro nivel formalizándola, pero eso ya no importaba. Sus sentimientos, su corazón roto, sus miedos y su decepción ya no importaban. Eso no tenía porque importarle. Ahora lo único que debía importarle era saber la verdad. Que esta le contara todo lo que había pasado y que le dijera que realmente vino a hacer acá. Ya no creía nada de que era amiga de Mía, de que lo quería a él por deseo o curiosidad. No creía nada que viniera de ella, ni siquiera creía que ella lo amaba. Nadie podría amarlo sin obtener algo a cambio. Creía saber porque ___ lo buscó. Apretó la mandíbula al seguir escuchándola llorar mientras se abrazabas la pierna. No tenia porque tenerle compasión, no tenía porque sentirse mal por ella. Ella era la única culpable de que todo esto estuviera pasando. –Estoy esperando___— gruñó molesto mientras se giraba a verla y su corazón se partió al verla. No quería sentir pena por ella, mucho menos compasión, pero era inevitable. Ella estaba pálida, sus mejillas seguían estando roja por las bofetadas que esa señora le había dado y miraba todo con miedo. No quería sentirse así. No quería sentir ganas de abrazarla, de besarla hasta calmarla. No, tenía que ser firme.

—Todo lo que ella dijo es cierto—murmuró ___ y Jamie la miró con el ceño fruncido. –Absolutamente todo—sollozó tapándose la cara. No tenía cara para mirarlo. No tenía la valentía de mirarlo a los ojos y contarle su pasado. Ya bastante humillada y mal había quedado por culpa de su madre y que Jamie podría hacerle lo mismo, simplemente no podría soportarlo. Su mundo estaba patas arribas. En un segundo pasó de ser maravilloso a desastroso. Pero a ella no le importaba como se sentía, lo unció que le importaba era Jamie. Era lo único que le importaba. Sabia como debía sentirse respecto a que su familia supiera lo que él hacía. Sabía que se estaba torturando y dándole la razón a su madre de que era un sádico. Pero él no lo era. Solo había encontrado esa manera para liberar su dolor, los fantasmas de su pasado. Él se lo había dicho, se lo había contado absolutamente todo. Y ahora todo estaba perdido. Ya nada iba a ser igual, había perdido todo. Ya nada sería igual, Jamie no se ría igual. Es más, dudaba mucho que él quisiera escucharla luego de todo lo que le dijera. Sabía que toda oportunidad con él, la había perdido. Había perdido la oportunidad de ser feliz, de dejar su pasado atrás, su venganza a un lado y ser feliz. Ser feliz con un hombre que la amaba y que había visto a la verdadera ___. Nadie salvo Justin jamás ha visto a la verdadera ___. Sino que han visto un espejismo, un espejismo que solía usar para que nadie viera a una niña indefensa y asustada. Solo Jamie la había amado de verdad, solo Jamie la había hecho sentir alguien real, alguien que valía la pena y por la cual se podría tener un futuro. Solo Jamie la había amado por ser ella misma ya hora eso ya no importaba. Había perdido todo, absolutamente todo y todo por culpa de su madre. De esa mujer que solo quería hacerla sentir mal, miserable y poca cosa como siempre la hizo sentir. Jamás le importó a esa mujer, estaba seguro que había hecho todo esto por dinero y porque no soportaba ver a nadie feliz si ella no lo era. Esa mujer era un ser despreciable y se arrepentía tanto no haberla alejado cuando esta la buscó. Si ella le hubiera hecho caso a las amenazadas de su madre, le hubiera dado el dinero que esta pedía, nada de esto hubiera pasado. Su mamá no hubiera abierto la boca y todo seguiría bien. Todo estaría calmado, pero no. Ahí estaba su madre que había dicho todo de ella, la había puesto por el piso y había humillado a Jamie. A él lo había dejado por el piso frente a su familia. Hasta a ___ le dolió la mirada que le dio Grace a este al saber lo que hacía en la habitación con las mujeres. Y ni hablar del CD, todos estuvieron a punto de verlos a ellos en acción. De ver como Jamie le pegaba y la amarraba mientras tenían sexo. Ese Cd debió destruirlo, pero por estúpida no lo había hecho. Gracias a Dios logró quitárselo a Grace para que nadie lo viera. No iba a permitir que lo vieran. Eso sería causarle más dolor a todos, a Grace en especial. Ver de lo que su hijo hacia con las mujeres en la cama había sido doloroso para ella. Ella que pintaba a su hijo mayor como un hombre honorable, respetable y sobre todo caballeroso. No, definitivamente no iba a enseñar ese video.

Innocent's {Jamie Dornan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora