Innocent's {Jamie Dornan}

Capítulo Treinta y Uno

—Es ella ¿verdad?—preguntó Anastasia con una sonrisa y Jamie la miró asintiendo. —Es muy bonita—dijo dando la vuelta antes de volver a los brazos de Jamie. Si que era muy bonita, pero también se notaba lo joven que era.

—Lo sé—dijo Jamie sin dejar de mirar a ___ que permanecía quieta mirándolos y en tan poco tiempo Jamie conocía su mirada. Estaba molesta y tenía razón a estarlo. Nunca le dijo que Anastasia iba a estar ahí, ni siquiera la ha mencionado antes frente a ___. Antes no le importaría lo que la gente pensara, pero ahora estaba en una relación con ___ y por ende debía contarle sobre Anastasia, al menos la parte en que siguen siendo amigos.

— ¿Entonces es cierto que andas con ella?—preguntó Anastasia con una sonrisa y Jamie le dio la vuelta antes de volverse a mover lentamente al compas con la música.

—Si—dijo Jamie viendo rápidamente a ___ que había vuelto a entrar a la casa. Tal vez debería ir hablar con ella, pero no iba a dejar a Ana tirada en la pista.

— ¿Y cómo tus padres reaccionaron?—preguntó Anastasia. –Ya sabes, por ser menor de edad—dijo y Jamie la miró.

—No les parece correcto, pero me apoyan—dijo Jamie cortantemente. No quería hablar de ___ con Anastasia. Eso lo hacía sentir incomodo, muy incomodo y no era correcto.

— ¿Y sobre tus...?—susurró y Jamie apretó la mandíbula. Lo menos que quería era hablar de su vida sexual con Ana. No era lo correcto, además de que debía mostrarle un poco de respeto ya que fue su esposa.

—Está completamente de acuerdo—dijo Jamie y Anastasia asintió. Sabía que este no quería hablar con ella de eso y lo entendía. Hablar de los juegos sexuales sádicos que Jamie practicaba le recordaba a ambos la razón de porque ya no estaban juntos. Les recordaba el amor que se había perdido por culpa de ellos. Le recordaba a como ella lo dejó por no soportar sus juegos.

—Ve con ella—sonrió Anastasia al escuchar la música terminarse y Jamie se alejó luego de despedirse. Caminó a la casa y entró justo cuando la señora Robinson salía. Eso sí que no se lo esperaba, pero no le sorprendía. La señora Robinson era una amiga de la familia y una de las personas más donadoras esa noche.

—Jamie, que sorpresa—sonrió dándole un leve abrazo y ___ que salía del baño se les quedó mirando con sorpresa. No solo le sorprendía ver a Jamie con otra mujer sino que este se estaba dejando tocar de ella también como con Anastasia. ___ lo miró a los ojos y Jamie apretó la mandíbula. Sabía que ahora tenía que explicar algunas cosas. Cosas que no estaba listo para hablar.

—Es un gusto volverte a ver Elena—dijo Jamie y Elena se giro a ver a ____. –Si me disculpas, debo irme—dijo y esta asintió. Jamie cogió la mano de ___ y la llevó a la casita de atrás cerca del lago. Ahí hablarían cómodamente y sin que nadie los interrumpiera. Pasaron por el jardín en donde se detuvieron en varias ocasiones a saludar y a presentar a ___ como su novia antes de llegar a la casita. Abrió la puerta y la cerró detrás de él.

—Quiero irme a casa—dijo ___ sin mirarlo. No quería mirarlo porque sino este se daría cuenta que tenía los ojos aguados. Quería llorar, llorar por ver a un diferente Jamie mientras bailaba con esa chica y por ver como este se dejaba tocar no solo de la chica de los ojos verdes, sino también de una señora que jamás había visto, pero que conocía perfectamente a Jamie.

—No aun, debemos quedarnos hasta el final—dijo Jamie y ___ se volteó a verlo con lágrimas en los ojos. Quería irse lo más pronto posible, no quería estar ahí, quería llorar sin que nadie la viera.

—Quiero irme ya—dijo y Jamie la miró desconcertado. No estaba entendiendo nada. ¿Por qué ___ estaba llorando?

— ¿Por qué?—preguntó Jamie acercándose y ___ se echó para atrás.