Innocent's {Jamie Dornan}

Capítulo Ventitres

—La decoración es muy linda—dijo ___ sentada en la cama envuelta en la sabana mientras veía a Jamie vestirse. Ya debía irse. Se había pasado toda la tarde con ella en el departamento probando nuevas técnicas y su castigo. Si se movía, lloraría de dolor. Se sentía goma. Jamie la había hecho hacer algunos ángulos que jamás imaginó hacer, pero que de ahora en adelante los hará por el increíble placer que sintió. Se sentía tan estirada en todos lados. Apenas podía respirar, pero valía la pena. Jamie nunca la defraudaba a la hora del sexo. El chico sí que sabía hacer su trabajo y ___ encantada con eso. El problema estaba la maldita frialdad con la que siempre le habla y el distanciamiento que pone luego del sexo. ___ odiaba que él fuera así. Incluso le dolía cuando este se volvía distante y ella no sabía por qué. Tampoco quería descubrirlo porque tenía miedo de la verdad. Volvió a mirar como este se abotonaba la camisa y suspiro. Le gustaría volver a repetir la vez que él se quedo a dormir con ella. Se sintió tan bien sentirlo detrás de ella a pesar de que nunca lo tocó. Desde aquella vez en el hotel, Jamie no había vuelto a dormir con ella. Solo follaban y el la dejaba en la habitación de sumisa mientras se iba a la suya. –Me encantan los cuadros de países—comentó mirando la habitación. Estaba decorada como siempre imagino su habitación. Era preciosa y grande, además de lujosa.

—Lo sé, por eso pedí que los pusieran—contesto Jamie sentándose en la cama para ponerse los zapatos.

—Hay algo que debo decirte—dijo ___ este la miró seriamente. –Este fin de semana no podremos vernos—dijo y Jamie frunció el ceño.

—¿Y eso porque? Quedamos en discutir nuevos puntos del contrato—dijo Jamie molesto y ___ rodó los ojos.

—Lo sé, pero este fin de semana internaran a doña Luz para operarla y me gustaría estar con ella—dijo ___ aunque en parte era verdad. Este fin de semana operaban a Leila y a doña Luz. Iba a estar en el hospital las veinticuatro horas por ambas. Eran lo más importante para ella y si perdía a una de las dos, iba a morirse. No podía vivir sin ninguna. –Es sobre la diabetes—dijo ___ poniéndose de pie envuelta en la sabana y Jamie la miró. –Prometo hacer lo que tu quiera y recibir el castigo que me pongas, pero de verdad me gustaría estar con ella ese fin de semana, ya luego hago exactamente lo que me pidas—sonrió ___ y Jamie la miro mal. Algo tramaba ___ y el iba a averiguarlo. Ella nunca aceptaba sus condiciones, tampoco sus órdenes y que de un momento a otro, se ponga tan gentil era algo raro e iba averiguar que esta escondía.

—Bien—dijo Jamie y ___ sonrió feliz. Menos mal que este le dijo que sí. Como quiera iba hacer lo que ella le diera la gana, pero era mejor hacerlo por las buenas que por las malas. Si lo hacia encontrar de Jamie, este se pondrá a investigar y no podía correr el riesgo de que este descubra que Leila es su hermana. Para nada podía saberse su verdad.

— ¿De verdad tienes que irte?—preguntó ___ sentándose en el regazo de este y sin tocar el pecho de este, lo acostó en la cama. –La verdad es que no me gustaría pasar mi primera noche sola—admitió y Jamie la besó mientras abría la sabana para tocarla. El tampoco quería dejar que esta pasara la noche sola en ese departamento, pero debía irse. Era lo mejor porque si volvía a dormir con ___ como aquella vez en el motel, quedara confundido y no quiere eso. Mejor era ser el mismo y dejarle las cosas claras a ___.

—Debo irme—dijo Jamie empujándola a un lado y se puso de pie. –Adiós—dijo saliendo de la habitación dejando a ___ molesta.

—Imbécil—bufó molesta mientras se ponía de pie y entraba al baño a darse una ducha. Se puso la pijama y le marcó a Justin. Tenia que contarle sobre su apartamento.