Capítulo 10

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—George no es una persona que confía rápido y no suele gustarle mis parejas, así que no te sientas ofendido si se muestra muy a la defensiva —le dice la madre de George a su nueva pareja.

—No te preocupes. Esa es la razón para esta cena. Conocernos y entablar una relación más cercana. Porque al estar contigo tengo que también velar por tu hijo.

—No se preocupe. Puedo valerme por mí mismo —responde George con tono cortante.

Su madre intenta no perder la compostura. No le dice absolutamente nada, pero debajo de la mesa pisa su pie para llamar su atención, lo que hace que George sonría con falsa amabilidad.

—George, sé que no te agrado y que ya eres suficientemente mayor para tomar tus decisiones. Pero te prometo que soy un gran hombre y que puedes estar tranquilo sabiendo que tu madre está conmigo. Trabajo en una de las mejores empresas del Estado y tengo varios reconocimientos. Con tu madre a mi lado lo tengo todo. Así que puedes pedirme lo que quieras. Desde un puesto de trabajo en mi empresa o un cupo en las mejores universidades del país. Incluso podría pagar tu colegiatura si deseas.

—Estoy bien trabajando en la cafetería de mi familia.

—¿No te gustaría estudiar en la universidad? Sé que tu madre no podía pagarlo con lo que ganaba en la cafetería y por eso no estudias, pero ahora si podrías.

—¡Ya te he dicho que estoy bien así! ¡No quiero estudiar, no quiero que nos mires con pena! ¡No somos unos malditos pobres para que hagas tu obra de caridad! —George se levanta de su asiento con fuerza, llamando la atención de todos.

—Disculpa, ¿van a ordenar? —se acerca el mesero.

George simplemente da media vuelta y sale del restaurante.

El padre de Dream mira a la mujer que está por pararse para ir a buscar a su hijo, pero la detiene.

—Yo iré. Tú ve pidiendo la cena. Vuelvo rápido.

El padre de Dream sale del restaurante y sigue a George que ya ha llegado a la esquina.

—George, por favor no te vayas —le ruega, pero el nombrado hace oídos sordos—. Sé que Clay te ha contado lo que he hecho, pero déjame explicarme.

—No me importan tus excusas.

—Dejaré mi casa a nombre de Clay si me dejas hablar contigo.

George se detiene. Era una muy buena oferta, pero ese hombre no le daba mucha confianza. Al menos no perdía nada escuchándolo.

Se dio media vuelta y se acercó al padre de Dream.

—Gracias, George. Sé que soy un extraño para ti y debe ser difícil confiar en un extraño, aunque puedes estar seguro que soy un hombre de palabra. Sé que aprecias mucho a mi hijo y por eso no harás nada para perjudicarlo, y al contrario, harías lo que sea para que esté mejor. Tu madre no sabe que tengo familia y tampoco quiero que lo sepa.

—Porque sabes que está mal y va a odiarte si se entera.

—Por favor no se lo cuentes. La familia de Clay podrá quedarse con la casa, les daré el dinero que necesiten para sus necesidades básicas.

—Ese es tu deber. ¿Lo sabes? No me vas a convencer tan fácil.

—Te compraré lo que quieras.

—No necesito tu dinero.

El padre de Dream hace su mayor intento para pensar en algo que lo pudiera convencer. George no se veía como el tipo de persona que quisiera demasiado dinero, era alguien más sentimental.

—¿Te gusta mi hijo?

George lo mira sorprendido.

—¿De que está hablando?

—Te gusta mi hijo. La vez que lo vi en la cafetería intentaste protegerlo.

—Somos amigos.

—Tú madre me ha contado que te gustan los hombres.

—Eso no significa que me gusten todos los hombres.

—Pero te gusta mi hijo.

—Sales con mi madre. ¿Y si algún día se casan? Dream sería mi hermanastro. Por eso se lo diré a mi madre, se alejará de ti y todos estaremos bien. Fin del cuento.

George está por darse la vuelta para ir a la cafetería, pero el hombre lo detiene.

—Pues sé feliz viendo como Clay sufre tratando de mantener a su familia con un salario que no le alcanza ni para mantenerse a sí mismo.

Intenta de contener sus ganas de gritarle. Intenta hacer oídos sordos a lo que le ha dicho. Su madre y Dream debían saber la verdad, pero ese hombre le daba miedo y sabía que era muy capaz de hacerle la vida imposible a cualquiera. Aunque podría decirles la verdad a todos y Dream estaría tan mal que acudiría a él y lo tendría para él. ¡No, eso estaba mal! No podía ser tan cruel y hacer eso. Tampoco podría ser tan cruel y mentirles.

Dream merecía estar bien, aunque viviera en una mentira.

—No diré nada. Más te vale que cumplas tu palabra o a la primera persona a la que se lo voy a contar será mi madre.

—Soy un hombre de palabra.

...

Esa misma noche regresa a su casa que estaba en el piso arriba de la cafetería. Llega con su madre en taxi, con el miedo de que Dream pudiera sospechar algo en el caso de haberse quedado.

Va a su habitación y lo encuentra durmiendo en la cama que le habían comprado.

Probablemente sería la primera y última vez que lo vea ahí, pero era lo mejor para él. Al fin volvería a su casa.

—Buenas noches, Dream —murmura.

—Buenas noches, George —lo escucha decir en voz baja, lo que le sorprende.

—Pensé que estabas dormido.

—Lo estaba intentando. ¿Qué tal la cena?

—Horrible. Ya sabes. No me agradan las parejas de mi madre, pero bueno, ella es feliz con él y supongo que no puedo hacer nada. ¿Tuviste problemas en manejar la cafetería solo?

—No, estuvo muy tranquilo por suerte.

—Me alegro.

George toma su pijama para cambiarse en el baño, pero la voz de Dream lo detiene.

—Hay algo que ha estado rondando por mi mente y que no me deja dormir.

—¿En serio? ¿Qué es?

—¿Por qué me besaste el otro día?

cuando nadie está en casa [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora