Capítulo 19

1.4K 261 314
                                    

No lo piensa ni un segundo más y llama a Dream. Su corazón late tan rápido que siente que se le va a salir del pecho. Quiere escuchar su voz pronunciando esas simples dos palabras. Quiere estar seguro que no es un sueño y que realmente Dream podría corresponderle a pesar de todo.

No contesta, así que vuelve a llamarlo mientras juega con sus nerviosos e inquietos dedos.

Pasa una mano por su cabello cuando por segunda vez no contesta y decide llamarlo una tercera vez. Siente las ganas de llorar de impotencia al no recibir respuesta alguna. No quiere creer que Dream está jugando con su corazón, porque eso solo lo destruiría más.

Hasta que Dream lo llama.

—Lo siento —es lo primero que dice—. Tenía un poco de miedo por contestar tus llamadas.

—¿Por qué? ¿Me tienes miedo? —pregunta George.

—No. Le tengo miedo a la idea de corresponder y ser correspondido, porque eso significaría que podría tenerte, George. Tengo miedo de todo lo que eso implica y de las consecuencias si alguna vez esto acaba. Mas ya no quiero seguir teniendo miedo, porque el miedo solo me detiene y yo quiero demostrar de verdad cuanto te amo. Quiero arriesgarme a perderte en algún momento si eso significa poder amarte por lo menos un segundo.

—Nunca vas a perderme, Dream. Ni aunque dejes de amarme, ni aunque dejé de amarte. Tenemos una conexión más fuerte que el amor, y eso es decir mucho. No puedo esperar por volverte a ver.

—¿Sería un poco desubicado decirte que te amo?

—No, porque yo también te amo.

—¿Entonces, somos novios?

—Incluso la palabra novios se me hace corta, pero lo aceptaré por ahora. Nos vemos, amor.

—Nos vemos, George.

Corta la llamada y regresa al apartamento. Su madre está terminando de desempacar sus cosas y su pareja, el padre de Dream, está haciendo una reservación en un restaurante.

—¿Y esa sonrisita? —le pregunta su madre, con curiosidad.

—Tengo novio —le susurra al oído—. Dream es mi novio.

—Ya era hora, mi niño. Les deseo lo mejor.

Su madre le da un beso en la mejilla.

—Ya está lista la reservación. ¿Les parece si vamos de compras primero? —avisa el padre de Dream.

—¡Me parece perfecto! —exclama la mujer entusiasmada.

Las compras con su madre nunca eran aburridas, pero si cansadas. Era ir de tienda en tienda preguntando por el mismo producto y comparando los precios, fijarse en cosas extrañas o graciosas y comprarlas solo por la gracia. También contaba historias cuando veía algún juguete que había deseado en su infancia y que nunca se lo habían comprado, o mandaba pequeñas indirectas de lo que deseaba para su cumpleaños aunque faltará más de medio año para este.

—Hay que comprar cosas para el bebé.

—Pero mamá, aún falta mucho para que nazca. Esa cosa ni cerebro debe tener aún.

—Deja de hablar barbaridades, George.

—Es la verdad.

—¿Ya le contaste lo del bebé? —pregunta el padre de Dream interesado en la conversación.

—Tenía que decírselo en algún momento. Siempre quise que George tuviera un hermanito.

cuando nadie está en casa [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora