Capítulo 5

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En cuanto llega a la cafetería va de frente a ponerse el uniforme. Ni siquiera saluda a George que lo había recibido con la misma sonrisa como de costumbre.

—¿Tuviste un mal día?

—Una mala semana, un mal mes, un mal año y quizás una mala vida también.

—¿Tu padre otra vez? —pregunta mientras seca con un trapo una de las tazas.

—Mi hermanita —Dream suspira—. Ni siquiera sé por qué estoy mal por ella. Es una niña solamente y no debería tomarle importancia a lo que dice, pero... ¿entonces por qué duele? Tal vez tiene razón y por eso me duele. ¿Crees que soy como mi padre?

—No lo conozco para poder responder a ello.

—Mi padre siempre nos trae regalos cuando regresa de sus viajes. Es como su forma de decir "Lo siento por no poder pasar tanto tiempo con ustedes, pero les traje algo que les va a gustar". Y ayer creo que hice lo mismo. Desde que empecé a trabajar ya casi no estoy en casa y ayer le prometí ir temprano, pero no pude, así que trate de arreglarlo con su postre favorito y ella no lo quiso porque era lo mismo que mi padre hacía.

—¿Ella sabe que estás trabajando?

—No.

—¿Y no sería mejor ser sincero?

—No, si se lo digo ella se lo dirá a mamá. Y luego mamá me dirá que no es necesario que trabaje, que ella se encargará de todo y va a fingir que todo está bien, pero nunca lo va a estar. Intenta mostrarse fuerte para nosotros, pero yo sé que es débil.

—Se parece a ti.

Dream lo voltea a ver confundido.

—Tú también estás intentando mostrarte fuerte ante tu familia, pero llegas aquí y puedo ver lo mucho que te afecta eso. No les cuentas sobre tu trabajo porque no quieres preocuparlas. Quieres hacer las cosas como si no tuvieras a nadie a tu lado, pero debes recordar que no estás solo. Tu mamá y tu hermanita están para ti. No intentes llevar toda la carga.

—No tengo opción.

—¿Por qué?

—Ahora que mi padre no está, soy el hombre de la familia. Es mi deber llevarme toda la carga, es mi deber ser fuerte.

—Dream, deja de pensar que eres solo tú contra el mundo. Deja de fingir ser fuerte si no lo eres. Puedes llorar si quieres. Nadie va a juzgarte.

George lo abraza y siente como la respiración de Dream se corta por unos segundos hasta que vuelve a sentir su respiración agitada como si acabara de correr una maratón. Lo escucha sollozar y pequeñas lágrimas mojan su uniforme.

Siente como el corazón se le rompe al verlo así. No sabe qué hacer. No entiende qué es lo que debe estar sintiendo.

Se aleja de él un poco.

—Ya vengo. Elije un postre que te guste mientras tanto.

George va hacia el almacén que está en la parte trasera de la cafetería. Su madre está allí como de costumbre ordenando todo.

—Mamá, ¿puedes encargarte de la cafetería por un rato? Voy a salir.

—¿Y Dream?

—Viene conmigo.

La mujer estaba a punto de hacer una broma, pero al ver a su hijo preocupado, se calla.

—¿Pasó algo?

—No se está sintiendo muy bien ahora. Prometo que no tardaremos mucho.

—Está bien. Vayan. Tengan cuidado, por favor.

—Gracias.

George regresa y ve a Dream con un pedazo de pastel de chocolate en las manos.

—Ven. Vamos a caminar un rato. Mi mamá nos va a cubrir.

—No es necesario.

—Sí lo es.

George lo toma de la muñeca mientras lo guía hacia la calle ignorando las miradas curiosas de los clientes.

—Puedes comerlo. No lo voy a restar de tu paga —le dice George refiriéndose al pastel.

—Gracias, aunque ya has hecho mucho por mí. Podemos regresar. De verdad estoy bien.

—No lo estás. Dream, sé que no nos conocemos mucho y tal vez aún no haya mucha confianza. Solo quiero que sepas que frente a mí no tienes que fingir ser fuerte si no lo eres. Tengo dos hombros donde puedes llorar y tengo dos brazos para poder abrazarte cuando más lo necesites. No pienses que voy a juzgarte, porque no lo haré.

Dream sonríe ligeramente.

—Tu madre ha hecho un gran trabajo al criar a un chico tan amable.

—Sí... Ella también intenta ser fuerte, siempre lo ha hecho. Tuvo que lidiar con el duelo de su esposo y criar a un hijo sola al mismo tiempo.

—No debió ser fácil.

—Pero ahora está bien porque sabe que siempre puede contar conmigo y yo sé que siempre podré contar con ella.

—¿Y nunca tuvo otras parejas?

—Sí, si tuvo varias. Creo que es de lo único que aún no me acostumbro —la voz de George se vuelve apagada.

Dream mira el trozo de pastel que tiene en su mano y ahora está a la mitad, y no duda en entregárselo a George.

—Puedes terminarlo.

—Gracias —George vuelve a sonreír—. Me caes bien, Dream. Te lo digo en serio. Nunca he tenido muchos amigos, pero me encantaría que seas de los pocos que tengo.

—A mí también me encantaría ser tu amigo. Definitivamente me siento más cómodo contigo que con los estúpidos de mis amigos con los que tengo años de amistad.

—¿No les has contado sobre tu padre?

—No solemos hablar de esas cosas.

—Deberían. Si son tus amigos de verdad, entonces te ayudarán a superarlo. Y no solo hablo sobre lo de tu padre, sino cualquier cosa. Los amigos no son solo para bromear y reírse, Dream.

cuando nadie está en casa [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora