Capítulo 29

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George regresa a su casa sin mirar atrás. Quiere darse la vuelta y volver con Dream. Quiere arreglar las cosas con él como hace con todo. Arreglar. Ya estaba cansado de tener que arreglar todo para que al final no le den ni las gracias.

Lo ama. Sin embargo, el amor no es suficiente para una relación, y si todos supieran eso tal vez las relaciones no acabarían tan rápido.

Llega a casa y antes de encerrarse en su habitación para echarse a llorar aunque eso no solucione nada, decide ir con su madre que sigue decorando la habitación del nuevo bebé.

—¿Te ayudo? —le pregunta George llamando su atención.

—Volviste muy pronto... ¿Se lo tomó bien?

Niega con la cabeza.

—Hemos terminado todo tipo de relación que teníamos.

—Lo lamento, George. Yo no quería que las cosas terminaran así.

—No es tu culpa, mamá. Nada de esto es nuestra culpa. Es culpa de ese hombre que te mintió a ti y a todos. Pero eso ya acabó, mamá. Ahora solo seremos tú, este bebé y yo. Estaremos bien.

—¿Y qué pasará con Dream y su familia?

—Ese es su problema, no el nuestro.

—George... no podemos dejarlos solos.

—¿Por qué no? Les dimos la mano y nos la cortaron. Hemos gastado demasiada energía en personas que no valían la pena. Si voy a gastar energía será por mí y por el bien de mi familia, no por la de otros.

—Respetaré tu decisión, hijo, aún si decides cambiarla.

...

Drista sale de su habitación luego de haber alistado sus maletas y se dirige a la oficina de su padre.

—Papá —dice tímidamente acercándose hacia él.

—Dime, pequeña —contesta el hombre, prestando más atención a su computador que a la niña.

—Quiero volver a casa con mamá y Clay.

Su padre hace una mueca de mal gusto antes de teclear algo rápidamente.

—Acabamos de llegar, Drista. Tengo trabajo que hacer y no puedo llevarte ahora.

—Puedo irme sola.

—Eres una niña. ¿Por qué no vas a jugar con tus juguetes? Estoy trabajando ahora.

—Estoy aburrida. Quiero volver a casa.

—¿Por qué quieres volver a Florida? Aquí tienes todo. Tienes todos los juguetes que alguna vez has deseado, un dormitorio grande y bonito, un lindo departamento para solo los dos, comida deliciosa y pronto irás a una escuela privada como siempre quisiste.

—Yo no quiero eso, yo quiero a Clay y a mamá.

—Puedes decirle a Clay que venga si quiere.

—Él nunca vendrá. Él te odia.

—¿Y tú me odias, Drista?

La niña se queda callada. Sus manos se vuelven puños. Cómo no podría odiarlo después de saber todo lo que hizo.

—Te odio.

cuando nadie está en casa [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora