Capítulo 30

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Después de salir al auto, Izana pidió que los llevarán a casa de los Haitani, durante el trayecto habló un poco más con la rubia, pero solo para decirle que no se preocupara, que él hablaría con sus hermanos.

Por esto mismo cuando llegaron a casa de la rubia y bajaron, Izana la miró un momento, se notaba nerviosa así que hizo lo único que creyó conveniente para calmarla, le tomó ambas manos para atraerla hacia él y dejó un beso sobre sus labios de forma tranquila, no fue largo en absoluto, pero al separarse la miró a los ojos luego de tomarle las mejillas suavemente.

Todo está bien, no te van a regañar.

Ante esto, la menor asintió y entraron a la casa, ella imaginaba que Ran se pondría como un loco al verla para comenzar a exigir explicaciones, y sí, esa era la idea, pero Rindou en cuanto la vió a salvo, la jaló suavemente de la mano para abrazarla, cosa que hizo que Ran se detuviera de gritar o algo más.

—¿Dónde estuviste Yuki? Nos tenías aterrados, tu mensaje solamente nos decía que llegarías tarde a casa, pero no avisaste nada más y tu teléfono dejó de recibir llamadas.

—Lo siento, no noté que mi teléfono se quedó sin batería.. traté de llamarlos pero..

—Entendemos eso, fue culpa nuestra también, pero te hemos dicho que no nos gusta que estés sola, ni siquiera Kisaki sabía dónde estabas, si al menos ellos hubieran sabido un detalle no nos habríamos preocupado tanto.— esta vez fue Ran quien habló acercándose a sus dos hermanos para acariciar la cabeza de la rubia.

Estuvo en casa de una chica llamada Yuzuha Shiba, hablé personalmente con ella, tiene dos hermanos, pero al parecer Taiju Shiba ya no vive en dicha casa y el menor no estaba presente por dormir fuera también, Kakucho revisó la casa y efectivamente, estaba la chica sola, por lo que Yuki no estaba en peligro.

Ambos hermanos miraron a Izana sin soltar a la rubia, le agradecieron por la información y después el moreno se retiró del lugar, al parecer todos tenían planes para el día siguiente, pues incluso sus hermanos tuvieron que salir, pero no sin antes recordarle que para cualquier cosa debía llamarlos, y si no respondían llegar directamente a casa.

La rubia asintió ante aquel pequeño regaño y los vió marcharse, decidió subir a cambiarse de ropa para ponerse algo más cómodo, quedando de esta manera con unas medias negras, y un vestido rosa que le llegaba a medio muslo, este mismo era ligero pues no tenía intenciones de salir al menos por el resto del día.

Estaba justo encendiendo la estufa para calentar algo de leche y prepararse un chocolate caliente cuando escuchó que alguien llamaba a la puerta, por lo que se acercó a abrir, al hacerlo se sorprendió un poco por lo que vió frente a sí, era Kisaki, pero esta vez iba solo y no con Hanma como acostumbraba.

Hola Yuki, ¿estás bien? Ayer te estuvieron buscando.

—Kisaki.. ah.. si ya hablé con mis hermanos, lamento haberlos preocupado.

—Menos mal.. temía que te hubiera pasado algo por..

El moreno dejó la frase sin terminar, giró su rostro como si quisiera evitar el tema, a lo que la rubia primero abrió más la puerta para dejarlo pasar, cosa que él hizo sin pensarlo mucho.

—¿Por qué creías que me hubiese pasado algo?

—No es nada Yuki, no creo que sea yo quien deba decirlo, imagino que Izana o tus hermanos te lo dirán más tarde..

Kisaki, necesito que me digas que ocurre y que tienes, es raro que vengas solo..

Tenia que hablar contigo Yuki..

La Reina Roja de Tokyo Tokyo Revengers × o/c)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora