Capítulo 55

9 1 0
                                    

Una vez que Fuyuki entró a la casa con el azabache, este fue junto a ella a la sala, dónde tomaron asiento en el mismo sofá, aquel que era para dos personas.

¿Estás segura que estás bien Yuki?— preguntó el azabache aún preocupado por aquella herida en su labio.

Estoy bien, de verdad, no te preocupes ¿si? Mejor dime, ¿todo bien? Me sorprendió verte esta tarde y que quisieras venir.

—¿Me dejas curarte al menos? Eso me dejaría más tranquilo.

—Solo si respondes mi pregunta.

El chico de la cicatriz desvió la mirada un momento, inhaló levemente y volvió a ver a la rubia.

Solo quería verte un rato, tenía pensado pasar unos días antes pero no estaba seguro, así que hoy que te ví, preferí preguntarte directamente.

—¿No estabas seguro? Vamos Kakucho, te dije que puedes venir cuando quieras, no necesitas avisarme.

Aquello lo respondió la rubia antes de levantarse e ir hacia la cocina, dónde tenían un pequeño botiquín, tomó el mismo y volvió con él, entregandoselo en las manos, esto solo para cumplirle aquel capricho.

Aquí tienes, aunque insisto en que no es necesario.

—Eso dices tú, ven, siéntate por favor.

La rubia suspiró antes de reír un poco, se sentó de nuevo y el azabache se levantó, abrió el botiquín sacando líquido desinfectante y un poco de algodón, hunedeciendo este último con aquel líquido, después, se colocó frente a ella, solo que se había arrodillado en el suelo, al menos con su pierna izquierda, la derecha la tenía flexionada.

Bien, voy a comenzar ¿de acuerdo?

—Sí, gracias.

La rubia separó levemente los labios, esto, para darle un poco mejor de espacio al curar la herida, mientras cerraba los ojos, más que nada por costumbre, pues cuando Ran o Rindou eran quienes la trataban de alguna herida, ella miraba fijamente como lo hacían, pero la habían regañado un par de veces por ello, ya que según decían, los ponía nerviosos mirando tan fijamente, por lo que se volvió un hábito para ella cerrar los ojos en esas situaciones.

Solo que esta vez, aquello le jugaba en contra, pues sin darse cuenta, lo único que logró fue provocar al contrario.. quien al verla de esa manera, volvió a sentir su rostro arder, le parecía increíble que ella pudiera ser tan.. descuidada con ese tipo de cosas, pero también le parecía simplemente la oportunidad perfecta..

En un momento, aquellos labios habían sido atrapados por los del azabache, haciendo que Fuyuki, sorprendida, abrirse los ojos al sentirlo contra ella, la calidez que le producto aquel beso simplemente la dejó inmersa de inmediato, haciendo que terminara por corresponder.

No fue mucho tiempo el que compartieron aquel beso, pero no por ellos, si no por el teléfono del chico, que había comenzado a sonar insistentemente, haciendo que él terminará la unión, manteniendo una expresión de molestia bastante notoria, una que Fuyuki no había visto antes en su rostro, pero que le pareció muy tierna.

La conversación que el chico de la cicatriz tenía era simple, al parecer ya tenía un "trabajo" y en este mismo podían llamarle en cualquier momento, y aunque eso no le molestaba, lo que sí lo hacia, era que hubieran interrumpido el momento perfecto según él.

Lo siento Yuki, me llamaron y tengo que ir, solo haré esto rápido.

Kakucho sujeto un poco firmemente la barbilla de la rubia, la hizo abrir un poco la boca de nuevo, provocando que ella se sonrojara sin que él lo notara, con cuidado desinfecto la pequeña herida y al terminar se alejó un poco para tirar aquel algodón y guardar todo en el botiquín de nuevo.

La Reina Roja de Tokyo Tokyo Revengers × o/c)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora