Capítulo 46

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El beso estaba siendo ligeramente dominado por el chico, quien había pasado de sostener los hombros de la rubia, a recostarla sobre la cama con él justo encima, de tal forma que su cabello caía levemente sobre el rostro de la rubia, provocando una vez más, que ésta se sintiera dominada por sus recuerdos, aquellos en los que el cabello de cierto azabache, también caía de esa forma.

No supieron realmente cuánto tiempo pasó mientras se besaban, llegaban a separarse un poco el uno del otro en ciertas ocasiones para recuperar el aire, pero siempre alguno de los dos volvía a unir sus labios de forma casi desesperada con el otro, y así se mantuvieron, hasta que el teléfono de la chica comenzó a sonar, llamando la atención de ambos, pero haciendo que ella terminará el beso.

Mi teléfono..

—Ignóralo, ven aquí..— respondió el contrario tomando a la chica con cuidado de la barbilla para volver a besarla, pero ella nuevamente se separó.

Sanzu, podría ser importante, déjame ver si..

—Si es importante volverán a llamar, déjalo.— con ahora más insistencia el de cabello largo la besó sujetando ahora sus mejillas y no solo su barbilla, pero por tercera vez, la chica se alejó.

No tardaré, espera.

La rubia tomó el teléfono y respondió la llamada, haciendo que el contrario no pudiera unir sus labios nuevamente, provocando un gruñido y una mirada molesta por parte del chico, quien se mantuvo atento a lo que la rubia hacía.

¿Hola?

—Yuki.. no me cuelgues por favor

La joven se sorprendió un poco al escuchar esa voz, era Draken, y al parecer sabía que lo que había hecho al decirle que se fuera estaba mal, por ello pedía que no le colgara, y ella, aún desconociendo para quien trabajaba Sanzu, prefirió omitir el nombre y mantenerse lo más tranquila posible.

Descuida, ¿que ocurre?

—Quería disculparme por lo que hice hace rato.. escucha.. aún no me siento del todo bien sobre Emma y.. necesito hablar contigo de frente sobre eso, pero no me siento preparado tampoco ahora, ¿aceptarías salir a algún sitio para hablarlo después?

La chica había estado tan atenta a lo que el rubio decía, que Sanzu comenzó a sospechar quien podría estarla llamando, sin contar que ya estaba perdiendo la paciencia sobre no poder besarla por qué estaba al teléfono, así que, hizo lo único que creyó "conveniente" para apresurar las cosas.

Independientemente de si Fuyuki hablaba con una chica o con un chico, el de cabello largo sabía que podría hacer "algo" para que ella misma terminara aquella llamada lo más rápido posible, y comenzó a hacerlo sin pensarlo más, comenzó a besar el cuello de la rubia de forma "ruidosa" para que, probablemente se escuchara en el teléfono, ella se avergonzara, y prefiriera terminar todo deprisa.

Y tal como el imaginó, aquel beso insistente en el cuello de la chica se escuchó lo suficiente para que en la llamada se notara, pero no esperó para nada un suave jadeo emitido por ella, que también fue perfectamente audible, haciendo que su rostro se pusiera rojo de inmediato.

¿Yuki?

—N-no es nada, eh.. si, estoy de acuerdo en salir alguna vez, me preocupa un poco todo eso así que.. puedo esperarte, solo avísame con tiempo ¿está bien? De-debo irme, lo siento están llamando a la puerta.

—Claro, tranquila, nos vemos después.

El chico del dragón pareció por un momento no haber notado lo que ocurría al otro lado de la línea y terminó la llamada, mientras de Sanzu tomó el teléfono de la rubia separándose de ella antes de lanzarlo sobre la cama pero fuera del alcance de la chica.

La Reina Roja de Tokyo Tokyo Revengers × o/c)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora