Capítulo 38

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Después de salir del hospital, y con algo más de ánimos después de ver a Kakucho, Fuyuki continúo su camino hacia cada de Mikey, sabía que sería duro.. pero tenía que ir a despedirse de su mejor amiga..

Debido a los retrasos que había pasado en el día, cuando ella ingresó, todos estaban allí.. compañeras de su escuela, varios integrantes de Toman.. Hina.. Yuzuha.. por supuesto, Mikey y su abuelo.. Draken..

Cuando Fuyuki llegó se detuvo en la entrada, quedándose fuera de la sala, pues Draken había comenzado a hablar.. se encontraba de frente a Mikey y a su abuelo, tenía el cabello suelto..

-Yo amaba a Emma..- mencionó antes de hacer una reverencia en el suelo -lo siento mucho.. no pude.. protegerla..

-Ya veo.. también la amabas.- respondió el abuelo de Mikey -estoy seguro que ella está descansando en paz.- mencionó con una sonrisa en su rostro.

Fue perfectamente notorio que a todos los presentes, comenzó a dolerles la situación aún más que antes, las lágrimas comenzaban a llenar los ojos de quienes habían intentado mantenerse serenos.. como Hina, Chifuyu o Mitsuya.. sobre todo en Draken..

Fue en ese momento que Fuyuki entró, caminaba a paso tranquilo por el lado izquierdo de la sala, se detuvo al lado de Draken mirando hacia el altar, justo la foto que había en el mismo.. sus ojos estaban cristalinos, pero no lloraba.. no podía hacer eso allí, sabiendo que ella se sentiría peor si lo hiciera.. así que simplemente hizo una inclinación con la cabeza en señal de despedida.. para después girar se nuevo hacia Mikey y su abuelo.. hacia Draken.

Se arrodilló junto al chico del dragón y le acaricio la espalda suavemente antes de darle dos leves palmadas, después miró de nuevo al frente encontrándose con el mayor de los Sano.

-Quiero agradecerle.. por haberme permitido venir tantas veces.. por haberme ayudado aún cuando nadie más lo sabía.. y por seguir manteniendo este lugar.. yo sé que ahora no soy más que una estudiante y que mis posibilidades son pocas.. pero en nombre de Emma, les ofrezco a ustedes dos todo lo que tengo.. lo que sea que necesiten estoy aquí..

-Sabes que siempre fuiste bienvenida, Fuyuki, y seguirá siendo igual siempre que lo necesites.

La rubia se acercó más hasta quedar de frente al mayor, y sin esperar nada más, se acercó a abrazarlo de forma sorpresiva, tanto que incluso aquel anciano se conmovió lo suficiente.. sintiendo la calidez transmitida, terminó por corresponder el abrazo, y aunque fue breve, pareció servirle también para sentirse aunque sea un poco mejor..

Una vez que la ceremonia finalizó, todos comenzaron a irse, pero Fuyuki permaneció frente a aquel altar mirando la fotografía, el lugar quedó vacío, y ella se había ofrecido a ayudarlos a recoger y limpiar el lugar, incluso a hacer un espacio en el altar junto a Shinichiro.

Como era de esperarse, el abuelo estaba exhausto, así que fue a recostarse primero,y Mikey se había ido a alguna parte..

Mientras la rubia terminaba de acomodar un par de cosas después de 39 minutos limpiando y colocando todo en su lugar, salió a dejar algunas cosas que era necesario guardar en la bodega, pero a mitad de camino, algo.. o alguien, la jaló estrellándola contra la pared..

Las cosas que tenía terminaron en el suelo, sus manos eran sostenidas desde las muñecas y su espalda había impactado contra la pared, dejó escuchar un quejido por ello, pero cuando notó quien estaba frente a ella, no dijo nada más.. Mikey estaba mirándola fijamente..

-Yuki..

-Mikey..

-Necesito respuestas..

La Reina Roja de Tokyo Tokyo Revengers × o/c)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora