Capítulo 13

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A la mañana siguiente cuando Fuyuki despertó se sentía fatal.. se puso de pie con bastante dificultad y se dió un baño, cuando estaba debajo del agua sintió dolor aún en el pie y al tallarse el cuerpo, sintió punzadas en los brazos.

Una vez que se secó al salir de la ducha, camino hacia el espejo para mirarse con cuidado, iniciando por lo que creía estaría peor, su pie derecho, así que lo miró con ayuda del reflejo, no notó nada extraño pero para asegurarse decidió usar su mano para tocar con cuidado, podía caminar pero estaba ligeramente inflamado y con lo que parecía ser el inicio de un moretón.

Después de ver qué al menos no sería un impedimento para caminar, volvió a mirarse al espejo, pero esta vez prestando más atención a sus brazos, lo primero que pudo ver fue la marca del puñetazo y que igualmente la zona comenzaba a tornarse en un color morado, adicional a qué, así como en el pie la zona estaba algo inflamada.

La rubia suspiró con pesadez antes de mirar por la ventana, se dió cuenta que el invierno se acercaba y en este caso lo agradecía, ya que para evitar preguntas por sus lesiones, podía vestirse con ropa más abrigadora que la cubriera bien, al menos cuando no fuera a la escuela.

Debido a que ese día aún era entre semana, Fuyuki se puso el uniforme y salió de la casa para asistir a sus clases, dejando que el día pasará como siempre, una vez que terminaron las clases salió del edificio y comenzó a caminar en dirección a su casa esperando poder pasar por alguna farmacia para conseguir analgésicos.

Cuando encontró el sitio que estaba buscando pretendía entrar, pero fue interceptada por un sujeto con quién chocó al ir distraída.

Lo siento, no ví por dónde.. ah, eres tú...— cuando la rubia miró a la persona con quién se golpeó logró reconocer al chico de cabello negro que estaba en el conflicto del día anterior.

¿Esas son formas de pedir disculpas a un superior? Debo informarle al jefe que te faltan modales~— respondió con cierta burla el chico.

¿En serio? Grandioso, así puedo decirle que sus esclavos tampoco tienen modales, porque no tengo la menor idea de quién eres o si realmente deba considerarte un "superior", ahora sí me permites tengo algo que hacer.

La rubia esquivó al azabache y entró a la farmacia, compro una botella de jugo y sus analgésicos, después de haber pagado salió simplemente para notar que allí seguía el mismo tipo, en esta ocasión ni siquiera le hizo caso y continúo su camino, o eso pretendía pues cuando había avanzado solo dos metros sintió como el chico la tomo del brazo para evitar que siguiera avanzando.

No pienses ignorame otra vez ¿entiendes?

La forma en que le había sujetado el brazo hizo que la rubia soltará de golpe su bolsa haciendo que cayera al suelo, al parecer el chico había usado demasiada fuerza, pero a demás había sujetado exactamente la herida en el brazo de ella.

El quejido y ver la bolsa caer hicieron que el azabache la soltará de inmediato, creyendo comprender un poco la situación, el chico se agachó para tomar la bolsa y una vez que se enderezó de nuevo miró a la chica.

¿Ya entiendes que no debes pelearte con alguien como el jefe? ¿O aún seguirás siendo una imprudente?

—¿Y tú pretender decirme quién mierda eres o seguirás fingiendo que nos conocemos y ya?— respondió la joven antes de quitarle la bolsa de golpe al contrario.

Vaya forma de hablar para una señorita, pero bien entiendo tu punto, yo soy Hajime Kokonoi, puedes decirme Koko, un placer conocerte.— el azabache hizo una leve reverencia tras presentarse poniendo la mano derecha detrás de su espalda y la derecha al frente con la palma extendida en el pecho.

La Reina Roja de Tokyo Tokyo Revengers × o/c)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora