Capítulo 52

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Espera.. como ¿trabajas aquí? — preguntó la chica bastante sorprendida, no imaginaba que realmente hubiera decidido trabajar en un sitio así.

—Pues tenía que conseguir algo para ayudar a mis hermanos y mis gastos personales, y aquí no tuvieron mayor inconveniente, además será temporal.

—Lo sé, lo sé pero.. ¿aquí? ¿que haces?

—Por ahora, de todo, incluso estoy aprendiendo a cocinar.

—Debiste decírmelo antes, ahora avísame cuando te toque cocinar, quiero saber que tan bueno eres.

—¿Porque avisarte? Será más fácil si solo voy a tu casa y te preparo algo cuando quieras.— respondió el mayor mientras recargaba el codo izquierdo sobre la mesa y su barbilla sobre la palma de la mano, sonriéndole ampliamente a la rubia.

Bien, veremos eso después entonces, por ahora acepto tu sugerencia, quiero un curry, pero prefiero que sea dulce.

El mayor mantuvo su sonrisa un momento más y finalmente espero para hacer su orden, después de solicitarla, se dió cuenta que la rubia miraba hacia afuera del local, momento que aprovechó para sacar una pequeña caja de su bolsillo, ponerla en la mesa y deslizarla hacia ella, esperando que notará el movimiento, cosa que no tardó en pasar.

¿Uh? ¿Y esto?— preguntó la chica tomando la pequeña caja.

Un regalo, para agradecerte por la ayuda de hoy.

—¿Pero no era para eso la comida?

—Eso era una disculpa, esto es un agradecimiento.

La chica no entendía del todo a qué se refería, pero continúo mirando la pequeña caja un momento antes de regresarla.

Pero no es necesario, yo también tenía que comprar algo.

—Solo tómalo ¿quieres?— mencionó el chico acercándole nuevamente la caja —no lo pienses mucho y ábrelo.

Ante la insistencia, la rubia decidió hacerle caso, tomó la caja en sus manos y con cuidado retiró la tapa de la misma, encontrándose dentro con el collar que había estado viendo un rato antes en el local de arriba, obviamente, se sorprendió un poco ante esto, pues no imaginaba que el hubiese notado exactamente cuál era el dije que estaba observando, mucho menos aún que lo comprara.

Ante la insistencia, la rubia decidió hacerle caso, tomó la caja en sus manos y con cuidado retiró la tapa de la misma, encontrándose dentro con el collar que había estado viendo un rato antes en el local de arriba, obviamente, se sorprendió un po...

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Pero.. ¿cómo?

—Lo estabas mirando hace rato ¿verdad?

—Sí, pero de eso hablo, había muchos otros ¿cómo supiste que miraba este?

—Digamos que lo adiviné— respondió el mayor recargándose en el respaldo de su asiento —¿Quieres ayuda para ponértelo?

—¿Eh? Ah, sí, por favor.

La Reina Roja de Tokyo Tokyo Revengers × o/c)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora