La tarde siguiente después de la escuela, Fuyuki había decidido detenerse en una tienda de conveniencia para comprar un par de cosas, un postre edición limitada que tenía ganas de probar y una bebida caliente ya que llevaba un rato afuera y el aire frío no ayudaba mucho, al llegar a la caja dejó sus artículos y mientras buscaba su dinero para pagar escuchó que el escáner aún estaba pasando artículos.
Con cierta confusión levantó la mirada para encontrarse con un café, una caja de cigarrillos y un encendedor, cosas que evidentemente no le pertenecían, así que miró al encargado de la caja.
-Disculpa eso que agregaste no es mío.
-No, pero si es mío- respondió una voz junto a ella, cuando se giró hacia el contrario se encontró con que Yasuhiro era quien estaba allí, estaba sacando unos billetes con los cuales pagaría al parecer la cuenta de ambos. -Bien vámonos.
El chico tomó la bolsa con las pertenencias de ambos y con su mano izquierda sujeto a la rubia del hombro para dirigirla hacia la salida, una vez que ambos estuvieron afuera, el mayor se acercó a un auto que estaba estacionado justo afuera, abrió la puerta del copiloto y espero a que la contraria subiera.
Fuyuki estaba algo confundida por varias razones, pero sabía que negarse no sería buena idea, así que entró al auto para que después él entrara y le diera la bolsa con las cosas, solo que antes sacaría el encendedor y los cigarrillos.
-¿No deberías estar más atenta a tu entorno?- pregunto el mayor mientras abría la cajetilla.
-Lo siento, no me di cuenta que estabas allí, solo me faltaba pagar.
-Sí, y ahora te falta otra cosa ¿no crees?
El mayor se giró levemente hacia la rubia esperando ver si le entendía o si haría lo que le estaba solicitando, pero para su sorpresa sí ocurrió lo que esperaba, pues la chica se acercó también para darle un beso, mismo que una vez que terminó fue seguido por la voz de la rubia.
-Bienvenido Yasuhiro.
-Veo que aprendes rápido, bien mereces una recompensa.
El rubio encendió el auto tras ponerse el cinturón y espero a que la chica hiciera lo mismo, después comenzó a avanzar un par de minutos, terminaron llegando a un restaurante que la menor no conocía, pero no pretendía negarse, aún dentro del auto y habiendo tomado su bebida caliente se sentía congelada dentro del vehículo, aunque probablemente se debía a qué en el trayecto, el chico se encontraba fumando y para evitarle molestias con el humo había bajado su ventanilla.
Tras estacionarse fuera del local ambos bajaron dejando la bolsa con el postre de la chica y entraron al establecimiento, la zona no era tan conocida por ella, pero el parecía frecuentar el sitio pues de inmediato le ofrecieron "la mesa de siempre" misma en la que fueron sentados.
La comida fueron dos tazones de estofado, una porción de arroz y vegetales al vapor, realmente una buena forma de entrar en calor, no hablaron prácticamente nada pero una vez que salieron luego de pagar y volvieron a subir al auto, el chico fue quien rompió el silencio.
-Bueno, espero que aún no tengas planes, quiero llevarte a un sitio.
-No, descuida, tenía la tarde libre, y te agradezco que me invitaras a comer.
-No hay que agradecer, quería pasar algo de tiempo contigo, no he podido verte mucho.
La rubia se sentía un poco incómoda cuando estaban juntos, la cara que siempre tenía aquel sujeto no le dejaba entender en que podía estar pensando o si había algo malo o bueno en las acciones que tenía con ella, realmente solo lograba sentir que en algún momento no sabría cómo reaccionar con él.
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La Reina Roja de Tokyo Tokyo Revengers × o/c)
FantascienzaCuando crees que por fin te estás reponiendo, cuando levantas la cara con total decisión a seguir adelante y enfrentarte a lo que sea que el mundo tenga para tí.. ¿Que harías si la vida te hace caer de nuevo y con más fuerza? ¿Que haces si esperaba...