Capítulo 4

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Debram

Tres días después...

-¡Traiganlo! - ordene mientras me quitaba los guantes de cuero que se encontraban salpicados de la sangre de algunos de los hombres del deudor de papá.

-¿Tan pronto volviste?

-Vete Ariana, estoy esperando a mi padre.

-Te extra... - la interrumpí lanzando un disparo al aire.

-¡Lárgate maldita sea! ¡Solo sigue la maldita orden Ariana!

Con una fingida sonrisa salió de la habitación resonando sus grandes tacones rojos.

Pero el comportamiento de Ariana estaba haciendo que creciera la idea de matarla de una vez y quitármela de encima. Estaba claro que la toleraba por mi abuela, pero mi paciencia tiene un limite muy escaso, sobre todo si se trataba de ella.

-¡No quiero morir por favor!

-¡Cállate! - chasquee los dedos en señal a que hicieran lo que fuese para callar al deudor -¿Y mi padre?

-Ya estoy aquí Debram - se anuncio con alegría y una gran sonrisa en los labios.

-Cumplí con lo acordado papá.

-Aun no, falta algo más.

Reí.

-¿No confías en tu propio hijo? - arquee un ceja - el dinero ya está en tu cuenta, puedes revisar si quieres y todas sus propiedades ya están firmadas y traspasadas a ti. Eres el nuevo propietario de cada posesión del "Halcón" - caminé lentamente hacia el deudor para quitarle la mordaza que le puso uno de mis hombres.

-Señor por fa- por favor no me mate - suplicaba a ciegas.

-Eso es por querer pasarte de listo con un Russo ¿Acaso no estabas enterado en que nivel estamos? - saque la pistola que tenia en el bolsillo izquierdo - ¿Algún último deseo antes de morir? - pregunte con sarcasmo.

-Señor por favor... - dijo tembloroso.

-De acuerdo, conste que te lo pregunté - apunte directamente a la cabeza - lo haré por última vez ¿Tienes un último deseo?

-Quiero ver a mi hija crecer.

-Lo harás.

-¿De verdad? - pregunto esperanzado.

-Sí - sonreí a la vez que apretaba el gatillo, para finalmente quitarle la vida a "Halcón" - O tal vez no - reí.

-Eres muy malo para los chistes Debram - río papá al unísono conmigo.

-Gané.

-Lo sé, no tienes que repetirmelo. Después de todo eres mi hijo, tenías que lograrlo y demostrar que eres un Russo.

-¿Ahora si sacaras al capullo de Seattle?

-No. Él vendrá aquí conmigo y tú iras a Seattle solo hasta que la boda entre tú y Ariana se realice.

-No estarás pensando en mandarla conmigo ¿verdad? Ya no la soporto más.

-Claro que sí, es tu prometida Debram. Tu mujer tiene que ir a todos lados contigo.

-No es mi mujer, es una perra loca que solo quiere los lujos de mi herencia - resoplé.

-Hijo, Ariana es una buena chica, la conocemos desde que era una bebé. Se nota que te ama y mucho.

-¿Estás sensible o que?

-No. Pero piensa, la familia de Ariana y todo lo que ella herede pasará a tus manos cuando contraigan matrimonio - recalco -Si piensas en eso ya no será tan solo una "perra loca" - sonrío.

(...)

-Ana piden que preparen el equipaje de Ariana y mío. Ah, y de paso prepara el tuyo también. - ordene en lo que me quitaba la camisa.

-¿El mío porque joven Russo? - pregunto la mujer confunsa.

-¿Hace falta que te de una respuesta Ana? Tú solo haz lo que se te ordene.

-Perdón joven Russo.

-Ahora vete.

-Si joven.

Tras oír a Ana salir de la habitación me interné en el baño, para tomar una ducha de agua fría. Realmente la necesitaba, estaba desesperado por sentir las gotas de agua caer sobre mí ya que esa sensación de que algo me faltaba era cada vez más persistente en mí.

No entendía el porqué, no sabía qué...

Solo estaba esa gran necesidad de buscar algo que simplemente no recordaba o no sabía dónde lo había dejado.

Recordaba haber tenido una sensación de vacío luego de mi recuperación tras mi encuentro con Said. Pero me obligue a olvidar lo hasta que volví a oír de Seattle hace dos años...

Y por más que lo intente no logré volver a dejar esa sensación atrás.

Se que no necesito recordar algo que había olvidado porque quizás no era importante, pero... ¿que más puedo hacer con esto que cada vez crece en lo más profundo de mí?

Necesito quitarme la maldita duda de que es lo que me falta, que es lo que no tengo justo en mis manos y que me trae un gran amargo sabor de boca.

Necesitaba respuestas y solo los puedo encontrar en Seattle. Si algo me repitieron constantemente desde que tengo memoria era que hacer trampa es mejor que jugar limpio, pero también que confié en mi intuición, un Russo jamás se equivoca.

-Debram... - ¡Joder!

-Ya salgo.

Salí de la ducha para envolverme de la cintura hacia abajo con la toalla y poder abrirle la puerta a Ariana.

-¿Ahora que quieres?

-Ya me enteré que nos iremos juntos a Seattle y... bueno, yo no quiero ir...

-Genial, quédate entonces.

-¡No!

-¿Entonces?

-Es que si yo no voy, no quiero que tu tampoco vayas - me refleje en sus ojos que suplicaban que por una vez haga lo que ella quisiera.

-No. Ya hablamos de esto Ariana, no hagas que te lo vuelva a repetir porque sabes que no me gusta - espete para apartarla de la entrada del baño.

Caminé hasta mi cama para ponerme la pijama.

-Debram por favor.

-No. ¿Quien te crees que eres Ariana? Todo estaba bien cuando eramos solo amigos, pero a mi abuela se le tuvo que meter esta puta idea de comprometernos - estaba más que harto que tener que lidiar con una relación que no tiene pies ni cabeza.

-Te amo Debram.

-Vete Ariana.

Y sin más que decir, me dejo solo.

Entonces apareció en mi mente una vez aquello que me estaba absorbiendo hacia la desesperación.

[Nota: Buen día, tarde o noche. Soy Andrea, sí, volví. Las vacaciones comenzaron así que la historia se estará actualizando cada tres o cuatro días, capaz antes depende de que tantos capítulos pueda escribir. Sin embargo las actuaciones serán más seguidas en lo que va del mes de agosto hasta que inicie mi siguiente ciclo en la U otra vez. Agradezco la espera y espero les agrade lo que tengo preparado para todo el mes, se les quiere mucho <33]

¿Viva, muerta o atrapada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora