Capítulo 47

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Tenía que ser una puta broma, no podía ser verdad. Quizás estaba amenzado ¿no? Él no sería capaz de hacerme esto.

-¿Gema? ¿Qué pasa? - pregunto Laura, tendiendome un pañuelo.

Estaba llorando a pesar de la duda.

-No pasa nada. -intente asegurar. Pero Laura no quedó satisfecha con mi respuesta.

Necesitaba tanto llorar, que al sentir como Laura me abrazaba me derrumbe una vez más. Sentí la mano de Louis darme un par de palmadas en la espalda, antes de regresar a la cocina.

Ante lo que había pasado, necesitaba un punto de vista diferente y sabia que podía confiar en ella. Así que le conté toda mi historia con Debram, en partes resumidas antes de que el restaurante abra por completo.

Su expresión era una mezcla de confusión, horror y un poco de compasión.

-Increíble -balbuceo perpleja. -De verdad, es increíble. Porque las personas agresivas no cambian, o eso solía decir mi madre.

-Pero Debram si lo hizo, él es diferente.

-Aun no puedo asimilar todo lo que has pasado, déjame abrazarte otra vez -dijo. Aunque ni siquiera se porque, ya que solo se abalanzó y me estrujo contra ella. -Eres fuerte chica.

Era como una hermana mayor.

-Ya veras que todo se soluciona, Gema. Las personas como tú serán recompensadas en la vida.

-Ojalá, Laura.

Las horas pasaron y aunque me mantuve tan atareada como pude, no logré quitar de mi cabeza cada palabra en el sobre. El retrato de Debram en aquella escena tan escalofriante parecía que me hablaba. Y aquel dolor regresaba con mucha más frecuencia, por lo que tomaba pequeños descansos para poder respirar con normalidad.

-Quería, toma asiento -sugirió Laura, apoyando una mano sobre mi espalda.

Negué con la cabeza.

Quizás si agotaba mi cuerpo podría llegar a casa muerta del cansancio y dormir hasta el día siguiente.

-Te vas a enfermar.

-No me importa, Laura. Solo quiero saber que él está bien.

Su expresión de tristeza solo hacia que mi corazón se agite mucho más. Dolía tanto esto, que cuando llego la noche no quería salir del restaurante. A pequeños regañadientes salí tomaba del brazo de Laura, mientras su novio echaba seguro a la puerta.

-Te dejaremos en casa.

No dije nada. Solo me deje guiar al interior del auto, tal vez había entrado en un estado automático. A penas y podía decir algunos monólogos durante el camino.

-Si te sientes mal, no te preocupes yo te cubro mañana -dicho eso se marchó la mujer, junto a su pareja que a penas sacudió la mano en señal de despedida.

Suspiré y al ingresar a mi casa el corazón se me detuvo otra vez. Me talle los ojos sin poder creer lo que veía.

-Gema... -murmuró.

Sin embargo, no pude ver el rostro aterrado de mi madre, junto a Melody quien sostenía a Marcos en sus brazos.

-¿Desde cuando recuerdas todo, Gema? -pregunto mi madre con un tono de decepción en el rostro.

-Hasta hace poco -respondí.

-Ya no la cuestiones más, Rosa. -intervino Debram, se puso de pie y se acerco hacia mí. -Te extrañe mucho.

Intento abrazarme, pero lo aleje. Se que es irónico, porque todo lo que estuve pensando era en tenerlo cerca, pero luego de la nota que me dejó en el restaurante, tenía un vuelco en el estómago.

¿Viva, muerta o atrapada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora