DEBRAM
-Tenemos un problema señor.
¡Mierda! No hay ni un puto día en el que este en paz
-¿Ahora que? - pregunte en un susurro mientras mis ojos observan a la alerta Ariana.
-La señorita Gema ha sido comprada.
-¿Qué?
Es idiota esa mujer.
-¿Cómo que se vendió? - debía ser una broma.
Había invertido bastante dinero como para que otro se la lleve fácil.
-Tengo entendido que fue vendida por su ex novio a unos de los altos de la mafia - explicó rápidamente mientras les daba la señal a mis hombres para activar el plan.
-Joder no, no pienso dejar que otro se la lleve fácil. Hay dinero en juego.
Pero como era de esperarse mis hombres muchas veces no pueden con la habilidad de escabullirse de mi querida prometida.
A penas puse un pie fuera del salón la castaña ya estaba comiendo hacia mí.
-¡Espera! - pidió en lo que aceleraba su paso. -¿A donde vas cariño? - pregunto con la respiración ligeramente entre cortada.
-Tengo una urgencia Ariana, ¿si sabes como ir a casa verdad?
-Pero...
-Te dejaré un arma, no te preocupes que tu auto esta aquí. - Gire sobre mi eje para observa su expresión de odio -Ten cuidado, me llevaré a mis hombres.
Agitando la mano en señal de despedida caminé a grandes zancadas hasta llegar a la enorme puerta de la gran residencia del Italiano.
-¿No estará siendo un poco duro con la señorita Ariana?
-¡Ay por favor Nick! Ariana es una mezcla de todos los reptiles que existen. Estará bien - me encogí de hombros.
Era honesto por primera vez en mi vida. Ariana fue entrenada muy duramente por su familia por lo que no dejaría que alguien le toque un solo cabello.
-¡El auto Nick! - ordené.
Fue así como comenzó lo que quizás sería una larga noche.
(...)
-¿Dónde esta ella?
-Esta por salir señor, tengo uno de sus hombres infiltrados.
La espera me estaba matando. No soportaba que me quieran arrebatar mi objetivo, y más aún cuando había juego de por medio.
Tras esperar durante casi treinta minutos en el auto por fin apareció, ahí estaba ella. Forsejeando por su vida, con las muñecas ensangrentadas y el cabello totalmente despeinado.
No paso mucho antes de que mis hombres comenzarán la pelea y se arme un festín de balas. Nick salió del auto donde nos encontrábamos y con gran habilidad llego a unos pocos metros de Gema.
-Vamos Nick - musité.
Un brazo salido de uno de los autos enemigos, le apuntaban a mi mano derecha algo que le haria pagar el resto de su vida si le hacian algo, así que prepare la pistola y sin pensarlo dos veces dispare, dando justo en el blanco. Sin embargo no fue de mucha ayuda, Nick fue herido de igual forma.
-¡Joder!
Salí del auto armado de dos pistolas disparando junto a mis hombres a todos aquellos que resguardaban la cabeza de su jefe.
-¡Nick!
No respondió.
-¿Russo?
Esa voz...
La ventana del auto principal fue bajando lentamente hasta que por fin pude ver al señor Miller.
-¿Por qué me atacas sin razón? - pregunto el viejo frunciendo su arrugado ceño.
-Se está llevando algo que me pertenece.
-Claro que no Debram, la acabo de comprar directamente por el joyista - explico.
-Yo la compre antes - mentí.
-Debram...
-Por favor señor Miller, no vamos a pelear por una bobada ¿verdad? - tenia que negociar a como de lugar. Debido a que mi papá y él son socios no puedo permitir que todo de acabe.
-No la dejare Debram.
¡Viejo estúpido!
-Miller, te estas robando a la chica que compre y encima heriste a mi mano derecha. ¿Crees que me pienso rendir? - esto se iba a poner más que interesante, no había ninguna duda.
-Es una pena Debram, pero la chica ya es mía.
-Parece que su esposa no sabe que volvió a estos juegos ¿verdad? - sonreí -Seria una lástima que se enterara, y peor aún si lo sabe su hijo.
La expresión del Miller mayor de volvía cada vez más terrorífica.
-¡Metan a la chica y lleven al hombre de allá! - grito señalando a Nick quien arrastras se acerco a la pelirroja.
-¡No quieras ser el objetivo de un Russo! Puedo destruir tu negocio en cuestión de segundos Miller - sus ojos verdes coincidieron con los míos.
Las llamas del infierno iban apareciendo poco a poco hasta quedar rodeados en el verdadero ring de box.
-Que no se te olvides lo que los Russo hicieron por ti - prepare mis armas - Sueltas a Nick y a la chica o te vas a podría frente a los ojos de tu familia ¿que es mejor? - pregunte con sarcasmo -¿Honor o placer?
No necesito mucho para elegir lo que todo mafioso requiere para ser uno de los grandes.
-Esto no se acaba aquí Debram.
Lance un disparo al aire.
-Yo creo que sí - dije apuntándole directamente en la frente.
Y sin más que decir, subió la ventana de su auto y se marchó junto al resto de sus hombres.
-¡¿Qué carajos esperan! ¡lleven los al hospital a los dos?! - ordene mientras caminaba hacia mi auto.
Esto me traería problemas con papá, lo sabía muy bien. Pero no iba a dejarme ganar por un estúpido viejo.
-Señor, Nick esta demasiado grave. Dudamos mucho que dure hasta el hospital - informaron a través del audífono.
Maldito hijo de perra.
-Pongan en marcha al plan rojo y avisen a hamster para que este preparado para todo - indique.
Cuando mis manos tocaron el volante aquel monstruo del que me contaba mi padre cuando me enfurecia se apoderó de mí y la vida del Miller mayor tenía fecha de fin.
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¿Viva, muerta o atrapada?
Teen FictionSí, él está devuelta, pero... ¿todo seguirá igual? Segundo libro de La esposa joven.