Capítulo 39

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Sus dedos me acariciaron las mejillas y sentí como mi piel se erizaba bajo ese simple acto. 

-No quise asustarte - confesó en voz baja.

-Te quiero lejos - afirme aferrándome a los documentos. 

-Gema, mientras más me evites -sonrió -Más insistente seré. Soy un hombre testarudo - giño un ojo encogiéndose de hombros. 

-¡Pero yo no quiero estar contigo! - chillé soltando los documentos y retirando sus manos bruscamente de mis mejillas. 

El ambiente se tenso, intente girar el pomo detrás de mi una vez más, pero fue un caso imposible. No me lo veía venir, o si, solo que no lo quise admitir.

-¿Estas segura que no me quieres cerca?

-Por supuesto - mentí.

Claro que no, pero era lo mejor para mi. 

Y sin siquiera darme tiempo de reaccionar termine mucho más pegada a la puerta con las manos del pelinegro tocándome sin parar, mientras su boca devoraba la mía. Pude apartarme, lo sé, pero mi mente fue mucho más lenta. Mis manos ya estaban acariciando sus hombros, hasta que rodee por completo su cuello con mis brazos. 

Si estaba mal, ¿por que mi cuerpo no lo entendía?

Ni siquiera yo misma lograba entenderlo, me sentía tan confundida. 

Nos apartamos levemente para tomar aire. 

   -¿Y ahora?

Golpee su pecho con ambas manos. 

-No, Debram. 

-Se que ayer fue la manera más horrible en la que pude actuar, pero... ya no se que más hacer - No estaba segura, pero podía jurar que su voz estaba comenzando a temblar -Te prometo, que no te hare daño, solo quiero estar contigo. 

-No nos conocemos lo suficiente. 

-¿Quieres conocerme mucho más? De acuerdo, pregunta lo que quieras.

-No de esta forma, se necesita convivir para eso - respondí casi susurrando.

-¡Perfecto! Yo lo soluciono - sonrió mientras rebuscaba algo en su bolsillo - Ahora debes irte - ordeno sacando un pequeño control y presionando uno de sus diversos botones. 

El click de hace un instante se volvió a escuchar, y cuando gire el pomo de la puerta se abrió sin problema. 

-Hasta luego, preciosa. 

No respondí, solo salí con el corazón latiéndome tan fuerte que dolía. La cabeza me comenzó a doler y la mente se lleno de muchas voces, que ni siquiera conocía. ¿Acaso estaba enloqueciendo?  La respiración comenzaba a faltarme, y algunas personas que pasaron intentaron auxiliarme, pero me aleje de ellos no pensaba con claridad, solo me deje caer en los brazos de quien conocía muy bien. 

-¿Que ocurre? - pregunto callando las voces en mi mente.

-No lo se, Ashton. De repente mi mente estaba lleno de unas voces que me gritaban y entre ellas... -mi cuerpo tembló.

-¿Qué?

-Me escuche también. 

(...)

Pensé que mi pasado era solo eso, que la nueva oportunidad que estaba teniendo para algo diferente no se vería afectada por mi pasado. Jamás pregunte sobre como era mi vida antes del accidente. Ashton a penas me conto un poco, no permite que nada más me aturdiera, además las recomendaciones del doctor eran "es mejor que hayas olvidado todo por tu bien". Pero ahora todo es diferente, hay algo muy en el fondo que me asegura que nada en esta en su lugar, que aun ay una pieza que deba encajar. 

-¿Gema? - pregunto Laura casi con las cejas juntas. 

-¿Si?

-Te he hablado más de cinco veces, ¿pasa algo?

Negue con la cabeza. 

-Lo siento, continuare con mis labores. 

-Yo te cubro, puedes salir temprano si quieres - sugirió dándome pequeñas palmaditas en la espalda -Los dueños no vendrán hasta cerrar, no hay problema. 

-Muchas gracias - sonreí. 

Me quite el delantal y camine hacia el parque, no quedaba lejos así que estaba bien porque en un rato podría regresar al restaurante. Tampoco es que me iba a aprovechar de la amabilidad de Laura. 

Me senté en una banca, frente a mi había una familia de cinco, como la mía. Pero la diferencia era que mi padre ya había muerto. Recuerdo haber visto varias de sus fotos, pero aun así no logre recordarlo, ni siquiera su voz. No me frustraba, y tampoco envidiaba a las personas que si tenían a sus dos padres vivos, después de todo yo no tenia ningún sentimiento hacia el mío. 

A lo lejos pude distinguir un auto negro, no era el de Debram, pero si había un hombre en el interior, observándome muy fijamente. No le tome mucha importancia, pero cuando vi a la mujer salir de allí no pude evitar entrar en alerta. 

Quise ir me cuando ella corrio hacia a mí lo más rapido que pudo. 

-Por favor no te vayas - imploró. 

-¿A que has venido?

-Mi vida esta en riesgo, pero tengo que hacerlo. 

-¿Hacer que?

-Tengo que decirte la verdad.

-¿Verdad o mentira? - pregunte con sarcasmo. 

-Debram no es quien tu conoces ahora - se acomodo los lentos oscuros y miro a su alrededor. 

-Eso ya lo se, y según tu. Es parte de algo de mi pasado ¿no?

-Mucho más que eso.

Resople y comencé a caminar lejos de ella. No pensaba volver a caer en sus malditas mentiras. Ella camino hacia a mi y se aferro a mi brazo, gire para enfrentarme a ella y la mascarilla se le había caído dejándome ver los moretones en su boca y sus mejillas. 

-Él me amenazo con que no me entrometa en su vida, pero me siento en deuda contigo por lo de anoche. 

-¿Ahora nace en ti la bondad? 

-Comprendo tu posición Gema, pero créeme. Debram es una pieza importante en tu pasado, y por supuesto que tu eres una pieza importante para su futuro - informó con rapidez, casi atropellando las palabras.

-No te estoy entendiendo. 

-Espera - rebusco en su bolso y saco una foto de este -Toma - me la tendió. 

-¿Quien es él?

-No puedo hablar más, ellos podrían escucharme. 

-Pero...

-Ya salde mi cuenta Gema Campbell, ahora esta en ti si quieres ingresar a ese mundo o no. Y cuídate de Debram, que es él quien miente realmente. 

Quise hablar, pero acelero su paso y regreso a aquel auto, desapareciendo en segundos. 

Pensaba regresar al trabajo, pero el dolor de cabeza comenzó otra vez. No tuve más opción que volver a casa. Los chicos ya habían regresado del colegio, estaban tumbados en el sofá mientras mamá cantaba una canción que hacia reír al pequeño Marco. 

-¡Bienvenida, Gema! - chilló mi hermano corriendo abrazarme. 

Lo tome en brazos y plante un pequeño beso en su cabeza. 

-Hola a todos. 

-¿Como es... - mi madre llevo una mano a su pecho y comenzó a agitarse.

-¡¿Qué pasa mamá?! - grito Melody. 

Me acerque e intentamos echarle aire y darle un poco de agua. 

Cuando a penas iba recobrando el aliento me arrebato de la mano la foto que me había dado Ariana. 

-¿De donde sacaste esa foto? - pregunto con dificultad. 

-Solo la encontré antes de ingresar a casa - mentí -¿Por qué? ¿Quién es ese hombre?

-Es tu abuelo, Gema. 

¿Viva, muerta o atrapada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora