Debram
-¡Ha desaparecido! ¡Ya la llevo buscando tres días seguidos y no la encuentro! ¡¿Dónde coño estas Debram?! ¡Necesito apoyo!
Ha desaparecido...
Las palabras que me había dicho Dann me dejaron completamente congelado. Ni siquiera podía respirar. ¿Cómo es que había desaparecido?
-¡Al carajo Debram, la encontraré yo solo! - dijo antes de colgar la llamada.
Al instante ingreso Arturo, el padre de Ariana.
-¡Hijo! ¿Cómo estás hoy?
A regañadientes tuve que responder. La desaparición de Gema puede ser tanto por órdenes de Ariana o de mi familia, no había otra explicación.
-Muy bien señor, ¿y usted?
-Estupendo. Me alegra ver a mi hija tan feliz.
Como si la hubiera invocado, apareció Ariana en bikini.
-¡Vayamos a la playa! - propuso abrazando a su padre por la espalda.
-Creo que no podré acompañarlos - dije levantándome del sofá.
-¿Por qué cariño? ¿Te sientes mal?
La sonrisa de Ariana me causaba nauseas. Maldita perra.
-¿Me acompañas un segundo a la habitación?
Ella asintió con una amplia sonrisa dirigida a su padre.
Muy astuta como siempre, a la mañana siguiente de nuestra llegada su padre había llegado y para evitar extender los problema me vi obligado a compartir habitación con la arpía. Desde entonces tengo que poner una mejor cara solo para mantener a "salvo" a Gema, pero ahora que alguna de las partes no cumplió su palabra, no tengo que seguir siento el "buen esposo".
-¿Qué pasó?
Cerré la puerta con seguro y con una mano, tome el cuello de Ariana.
-¿Dónde esta, Gema?
-¿De qué hablas?
-No te hagas la desentendida -apreté más su cuello.
Ella llevo las manos a la mía y cerró los ojos con fuerza.
-Ya te di-di-je que no s-se.
La solté y di un golpe a la pared. Sentía calor en todo mi cuerpo, mi respiración incremento. Saque el celular y llame a todos los que puedan ayudarme a encontrarla. Al terminar de hablar con todos mis contactos, tome del cabello a Ariana, tirando de este hacia atrás.
-Más te vale que me hayas dicho la verdad.
-No me importa.
-Dile a tu padre que tengo que viajar con urgencia, y no te metas.
-No puedes irte, es nuestra luna de miel.
Solté una pequeña risa sin chispa de gracia.
-Esto es el infierno.
Era verdad, es un maldito infierno estar lejos de Gema, sin sentirla, sin tener su aroma haciéndome cosquillas en la nariz, sin poder ver sus hermosos ojos, o poder escuchar su voz... la necesitaba tanto.
Salí de la habitación dando un portazo que cayó la voz de Ariana dando gritos que no me importo oír.
Salí de la pequeña mansión y a uno de los sirvientes le di las coordenadas de donde estaba el helicóptero que me regresaría a Seattle.
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¿Viva, muerta o atrapada?
Ficção AdolescenteSí, él está devuelta, pero... ¿todo seguirá igual? Segundo libro de La esposa joven.