Debram
-¿Dónde estabas? - pregunto bebiendo de su copa de vino.
-Tenía unos asuntos que resolver - respondí.
-¿Del casino? - arqueo una ceja, dudosa.
-Si - mentí.
-El resto de la familia llegarán en unas horas, tienes que estar aquí para la celebración hijo.
-Totalmente innecesario.
-Debram, hijo, es tu cumpleaños. Solo es una celebración.
-No quiero más madre así que no me esperen - espete apresurandome a la salida de la mansión.
-¿Pero que te pasa? - pregunto siguiendome el paso.
-¿Qué pasa? - resoplé -Qué lo recordé todo mamá - sus manos cubrieron su boca -Sé que estuve al borde de la muerte, se que la olvidé y me apartaron de ella, pero esta vez no permitiré que ni tu ni Said se entrometan.
-Entiende que es lo mejor, aun no hemos hablado con los de la Élite, pero tu padre está dispuesto a dar su cabeza por ti - explicó.
-Que hagan lo que quieran, yo solo quiero estar con ella.
-¡Ella solo trae problema!
-¿Y acaso nosotros y nuestras mentiras también no le trajeron problemas?
Escuche un reproche mezclado con sollozos cuando me metí al auto y salí disparado lejos de la mansión.
Golpee un par de veces el volante, nada en mi vida era verdad, tantas mentiras nos las tuvimos que aprender que ya no me era fácil diferenciar que era verdad o que era mentira en mi vida, en mi familia, en cada contrato, en cada pelea. En mi mundo se desconfía hasta del muerto al que acabas de disparar o decapitar, quizás eso era por lo que me había atraído tanto de Gema, que ella siempre fue transparente, incluso después de que la obligue a casarme con ella, aún odiandome fue sincera y transparente conmigo.
Yo no podía, ya lo había jodido disfrazando la verdad con el juego del cazador. Tanto que me lo tuve que creer para quitarme la maldita culpa, aunque siendo sincero esa chispa de culpa me perseguía en las noches, llenándome de pesadillas en la que la perdía una vez más. Y aunque quisiera soltarlo todo, no quiero que ella me odie como antes, no me importa ser yo quien de hunda en el infierno ahora mismo solo por estar a su lado y sentir su amor una vez más.
Maneje hasta el restaurante donde trabaja, observe fijamente, pero no la encontré. ¿Dónde se había metido ahora?
Intente esperar paciente, pero la me estaba desesperando, estaba loco por verla. Necesitaba abrazarla, besarla, sentir la calidez de su piel. Las horas pasaron y ni un rastro de su sombra, así que decidí esperarla en mi nueva propiedad, me asomé por el viejo balcón, mierda no se como podía estar cómoda en una calle de mala muerte. Capaz necesite que le construya una casa decente.
No paso mucho cuando ella llegó a su habitación y abrió las amplias ventanas, corrí hacia las mías y las abrí. Ella noto mi presencia y se tenso.
-¿Qué haces aquí? - pregunto con las cejas casi juntas, tenía los labios apretados. Parece que no le gustó mi sorpresa.
-¿Así les hablas a todos tus vecinos?
Rodo los ojos.
-¿Y tu mansión?
-Esta invadida de ratones - sonreí.
Ella también sonrío y eso alegro mi corazón.
-¿Estás ocupada?
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¿Viva, muerta o atrapada?
Fiksi RemajaSí, él está devuelta, pero... ¿todo seguirá igual? Segundo libro de La esposa joven.