Capítulo 34

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Caminamos por el centro de la ciudad, las luces y los grandes espectáculos de agua eran impresionantes. Me encantaba, parecía como un sueño. En cada lugar en la que me quedaba embobada Debram aprovechaba para tomarme una foto. Las personas nos miraban con sorpresa y curiosidad.

Me sentí como sacada de una película romántica. De las cuales había visto unas pocas, ya que Andrew me las prohibió.

Mientras decidimos darnos una pequeña parada paseando solamente por un parque. Solté una pregunta que quizás era impertinente de mi parte.

-¿Acaso fue Ariana quien te sembró esa duda?

-Es solo curiosidad.

-Te quedaras con eso - giño un ojo.

La verdad, no era algo que me importara o me molestaba. Sin embargo, tenía mucha intriga si ya había tenido esposa antes.

-Son casi las once, preciosa -informó.

-¿Y eso qué?

-Tic tac, corazón.

Ya sabía a lo que iba. Era el momento del robo.

-¿Estas lista?

No respondí. Mierda, estaba apunto de retroceder, quizás poco más a salir corriendo y buscar la forma de regresar a Seattle.

Debram se puso frente a mí y puso su manos sobre mis hombros, zarandeandome ligeramente.

-No estas obligada hacerlo, Gema.

-¿Qué pasaría si te digo que no?

Él solo sonrío.

Retrocedí un poco, hasta que sus manos dejaron de tocarme.

-Puedo dejarte ir si lo deseas, pero seguiré intentando.

‐¿Por qué? Ni siquiera me conoces lo suficientes. Yo no quiero tener que verme envuelta otra vez con personas como Andrew - Debram me tendió un pañuelo, fue cuando me di cuenta que estaba llorando.

-Oye, yo no tengo intención de hacerte llorar como lo hizo ese hijo de puta.

-¿Entonces qué? ¿Qué esperas de mí? ¿Solo quieres acostarte conmigo y ya?

-¡Joder! No, Gema. Quiero estar contigo, me gustas - paso una mano por su cabello -¿Qué te hace pensar eso?

-Lo ocurrido esta mañana.

El silencio se formó, entonces caí en la verdadera conclusión. Mierda, mierda y mil veces mierda. No era posible.

-¿Prefieres acostarte primero, antes de conocernos bien?

¿Dónde podía esconderme? ¿Por que la tierra no se partía en dos y me succionaba justo ahora? ¡Qué tonta fui!

-¿Tan irresistible te parezco? - rió.

-Eres un idiota - seque mis lágrimas y respiré profundo.

-Dejemos el robo para otra ocasión, vayamos a divertirnos, la noche en larga.

Asentí.

El auto estaba cerca, el viaje fue corto. Llegamos a una discoteca, con un ambiente en el que la ropa de traía suponía que no era la apropiada. Con una chasquido del pelinegro, los hombres de negro se movilizaron y en un par de minutos consiguieron a un par de mujeres, de las que me habían atendido antes. Fui llevada al baño y cerraron el pase para cualquier otra persona. Escuchando algunos quejidos y abuchicheos, una de las chicas me ayudaba a cambiar de algo serio a algo más sexy, con un vestido tal como el anterior, pero corto, con una corta abertura en la pierna, cambiaron un poco mi peinado y me retocaron mi maquillaje.

-¡Preciosisima! - chilló una de ellas mientras aplaudía.

Les sonreí y agradecí, para luego salir del baño. Quien por cierto afuera también estaba Debram, vestido más casual, su ojos dieron un largo, pero realmente laaaaaaargo recorrido por mi cuerpo, antes de tomarme de la mano.

-Dime algo, cariño.

-¿Sí?

-¿Quien es ese tal Andrew?

Abrí la boca para responder, pero él se adelanto.

-Exacto, no existe.

Dicho eso, regresamos al inmenso lugar. No hablamos mucho, solo bebimos y bailamos con una cercanía impresionante. No recordaba hace cuanto tiempo no me divertía y me sentía tan relajada. Como era de esperarse el alcohol se me subió con rapidez que quizás en un par de horas de haber llegado tuvimos que detenernos y en lugar de pedir otra bebida, Debram tuvo que pedir agua.

-Calma, preciosa - dijo cerca de mí oído.

-Lo siento - intente hablar por encima de la música.

-No te preocupes, yo te cuidaré.

Luego de un rato las cosas iban mejor y el alcohol poco a poco fue bajando, y junto a ello le cansancio se sintió en mi cuerpo por lo que le pedí al pelinegro ir nos.

Accedió sin problema, en el camino se quedo dormido y no pude evitar hecharle un ojo a la forma en la que lo hacía, con la camisa negra sin abotonar por completo, dejando a la vista un poco de su pecho, que subía y baja. Algunos hilos de cabello le caían sobre la frente y quizás por el alcohol estaba transformándolo en el hombre más guapo que había visto en mi vida.

Cuando llegamos despertó en un brinco y me ayudo a bajar del auto. Su cálido brazo me rodeo la cintura y me ayudó a caminar hasta el ascensor, los segundos hasta llegar a nuestro piso se sintieron eternos. Casi al punto de faltarme el aire.

-¿Estás bien? - pregunto asustado.

-Por supuesto - dije abaniqueandome con la mano.

Rió.

-¿De qué tanto te ríes?

-Te ves muy tierna.

Me aleje de él cuando llegamos a nuestras habitaciones, me recargue en la pared y solté un suspiro.

-Creo que debería devolverte esto - dije quitándome el anillo.

Debram extendió la mano y en cuando le coloque el anillo en la palma de la mano este atrapó la mía y me acercó a él.

-Entonces, Gema ¿Qué es lo que tú esperas de mi?

Mierda.

Porque me miraba de esa forma en la que lo hacía ver tan jodidamente sexy. Y el haber bebido... uhm.

Bueno, de algo tenía que servir beber sin control. Si me pregunta, le echaré la culpa al alcohol. Pero tenía que dar una respuesta, era ahora o nunca.

Lleve una mano hacia su pecho sin dejar de mirarlo.

-Gema.

Demonios.

Mi corazón se aceleraba cada vez más, y entonces me besó o quizás yo lo besé, no estaba segura. Solo deseaba que la noche realmente sea tan laaaaaarga, como él había dicho antes.

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Nota: Pensaba publicar este capítulo que recién acabo de terminar para el Domingo, pero no me aguanto las ganas jajaja. Aaah no estoy lista para lo que se viene. Espero que sea de su agrado <33

¿Viva, muerta o atrapada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora