DEBRAM
-¿Qué pasa? - preguntó con molestia.
-¿Qué pasa de que?
-Estas sonriendo mucho.
-¿Así? - que extraño.
La castaña no dejaba de observaba, cosa que ya hasta me ponía incómodo. Me sentía ¿acosado?
-¡Joder ya! Si sonrío en mi problema ¿no?
-¿Es una mujer?
Para que negarlo.
-Sí - respondí con sinceridad. -Es una mujer.
-¡Estás comprometido!
-¿Y eso que? - me encogí de hombros.
-¡No puedes hacer esto Debram! - dijo poniéndose de pie. -Por favor.
-¿Quieres acaso que te repita nuestro acuerdo? - pregunte a la vez que me levantaba.
-Yo también puedo jugar al mismo juego que tú Debram - sonrío con malicia.
Como si eso me importara.
-Adelante querida amiga, no estoy obligado a cogerte - dicho eso salí de la habitación dejando a Ariana echa furia.
Por una parte es gracioso hacerla enojar, sin embargo la gran desventaja es que luego me pone trampillas poniendo a mi padre sobre aviso a cualquier movimiento que haga.
-¡Señor! - era Nick quien hablaba a mis espaldas.
-¿Sí?
-Uno de sus socios dijo que estaba invitado al juego de esta noche - informó.
-¿Quien?
-El italiano.
-Bien. Deja todo listo para esta noche y
... - Joder, no puedo más - ¿la localizaste?-No señor, no hay rastro de ella.
-Que escurridiza - murmuré. -Bueno, eso sería todo. No te olvides de lo que te encomende - añadí.
-No señor.
Luego de ello caminé hacia mi habitación, necesitaba tomar una ducha. Necesitaba estar presentable para la ocasión.
Cuando termine mi relajante baño me encontré con una nueva sorpresa sobre la cama. Era un aro el cual parecía de compromiso o algo similar, color plateado con un corazón tallado. Me recordaba al que usan mamá y papá, pero ellos tienen sus iniciales. Un poco cursi a pedido de mamá.
Carajo, esta debió ser Ariana. No esa supuesta amante secreta.
-¡Traigan a la maldita de Ariana! - grite con todas mis fuerzas.
Odiaba sus actitudes de presionar con adelantar la boda.
En un par de segundos la castaña era respaldada por dos de mis hombres. Cruzada de brazos me lanzó una mirada de odio.
-¿Por qué mierda me dejas esto? - pregunté enseñando el anillo.
-¿Te gusta? Es para nuestra boda - respondió en lo que se acerco a mí. -Sueño con ese día tan esperando, mi amor.
La aleje de mí rápidamente y lance el anillo por ventana.
-¡No! - chilló.
-Estoy cansado Ariana, la de la nota tal vez también fuiste tú.
-Por supuesto que no.
-Te lo advierto esta última vez Ariana, y escuchame atentamente. - Dándole mi mirada más dura abrí la boca para lanzar mi ultimátum - Deja de joder mi puta vida o desaparecerás de mi familia.
-¿Por qué me odias tanto Debram?
-No me gustan las cursilerias, me conoces desde que era un niño. Sabes perfectamente como soy - ¿en que momento se volvió tan empalagosa?
-No me importan tus amenazas Debram, yo seré tu esposa a cualquier costo - su voz desafiante era un mal rollo.
Resonando sus tacones salio de la habitación junto a mis hombres, dejándome con la sangre alborotada.
(...)
-¡Bienvenido Russo! - exclamó dándome un apretón de manos. -Señorita - tomo la mano de Ariana y planto un corto beso en ella. -Espero se diviertan mucho.
-Por supuesto que si, a eso vinimos Italiano - sonreí.
-Pónganse cómodos, que el juego comenzará en breves.
Tanto la castaña como yo asentimos y nos dirijimos al gran salón de la mansión del viejo. Era impresionante, verdaderamente impresionante.
-¿A que se supone que van a jugar?
-Algo muy intimo, es un juego de dados en el que ponemos de intercambio las cosas más valiosas que tenemos y... - me interrumpió.
-¿Y el juego del cazador?
-Pues eso solo lo juegan los más chicos de las familias Ariana, por cierto a mi hermano ya le toca - sonreí. -Espero que su esposa sea una gran chica, digna de él.
-Espero lo mismo, aunque quizás tu familia seguirá con esa tradición de "esposas jovenes" y todo eso...
Poco a poco mi mente dejaba de oírla, no sabía qué me sucedía. Todo a mi al rededor me daba vueltas.
Esposas jóvenes, en la familia.
Un fragmento que no he vivido porque estoy comprometido con Ariana, la chica que se eligió esta muerta y nadie ganó en el juego.
Entonces ¿porque tengo un mal sabor de boca?
-¡No se queden ahí! Comencemos con las apuestas - era el viejo canoso otra vez.
Que irritante, si no fuera por nuestra alianza, ya hubiera acabado con él.
El juego inició, mientras que Ariana se mezclaba con las demás acompañantes de varios veteranos de la gran línea de la mafia y algunos jóvenes como yo, mi mente indagaba una enorme nube en mi. Aquella que no me permitía ver atrás ves de mis recuerdos olvidados.
Joder, pero que puto lío no poder tener todo claro.
A medida que el tiempo pasaba mi desesperación me consumía y sin querer ya había perdido una de las pinturas más vendidas de Picasso.
-Señor - susurro Nick.
-¿Qué pasa?
-Ya la tenemos ubicada.
Después de mucho tiempo, una chica rebelde podía quitarme la sensación de hundirme en los recuerdos.
-Vamos por Gema.
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¿Viva, muerta o atrapada?
Fiksi RemajaSí, él está devuelta, pero... ¿todo seguirá igual? Segundo libro de La esposa joven.