Capítulo 46

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El tiempo parecía pasar lento mientras la calidez del abrazo de Ashton me envolvía, acariciando mi espalda, que se sentía como si acariciara mi corazón.

Rogaba porque Debram estuviera bien, y que toda esta tortura por fin acabará ¿Acaso él no tenía el derecho de ser feliz también? El amor es tan confuso, que pareció demorar me cuando menos lo imagine.

Rompimos el abrazo al notar un auto estacionarse frente a nosotros. Por la apariencia era de la familia Russo, un hombre salió del interior, me entregó un sobre y una cantidad de dinero para luego marcharse a toda velocidad.

Temblando, le entregue el dinero a Ashton y abrí el sobre.

-No...-musité.

Había una fotografía, Debram de rodillas, apuntado con un arma. Golpeado, pero vestido tan formal como siempre, Ariana a un costado con un largo vestido blanco y el característico ramo de novia. Viéndolo más a detalle, tenía las mismas flores que yo use en mi matrimonio con él.

Al girar la foto, había algo escrito.

Aléjate de ellos, y deja de intervenir. Tienes dinero suficiente para largarte del país antes de que yo misma te mate. Agradece la fragilidad del corazón de mi nieto o ya no estarías viva.

Miranda Russo.

-¡Ashton no! - grité sintiendo como mi cuerpo temblaba, estaba a punto de desplomarme.

Él me atrapó en sus brazos y me estrujo en su pecho.

-Tengo que ir por él.

-Gema, no.

-Tengo que hacerlo ¿no vez que esta herido? -empuje al castaño sin éxito, su agarré era cada vez más fuerte.

-Tranquilízate por favor.

-Ashton...

-Esa familia es muy tramposa, Gema. Cálmate.

Tenía razón, pero no podía luchar contra mi impulso de ir corriendo por él. Yo también podía ser tan fuerte como él, claro que si.

-Necesitas descansar, Gema.

-No puedo. Tengo que ir al trabajo.

-Gema, ni siquiera puedes dejar de llorar -limpio mis mejillas y beso mi frente antes de empujarme hacia el interior de mi casa. -Vendré a verte pronto si, por favor no hagas ninguna locura.

-Esta bien.

-¿Me das tu palabra?

-Si -respondí con pesar.

-Guarda tu dinero -dijo tendiendomelo.

-Llevatelo, no lo necesito.

-Bien. Cuídate, pequeña revoltosa. - con una sonrisa amable y revolviendo mi cabello, se marchó, dejándome hundida en la soledad de mi casa.

Aun no llegaba mamá y no tenia nada de que sostenerme para no derrumbarme. ¿Ahora que? ¿Qué se supone que debo hacer ahora? Porque todo es una maldita mierda. Que quiere la vida de mi para hacerme pasar por todo esto.

Las horas pasaron, mientras estaba tumbada en el sofá. Mi madre llegó con mis hermanos, por lo que caí en cuenta de que ya era más del medio día.

¿Viva, muerta o atrapada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora