Capítulo 27

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DEBRAM

Vaya juegos tan divertidos, que fácil se le hace esconderse de mí. Pero no necesito mucho para reconocerla aún con el antifaz puesto.

La seguí por toda la sala, pero no falta mucho para que Ariana me detuviera para iniciar el baile. Gema me vio por un corto tiempo cuando la música comenzó a sonar para luego marcharse en dirección a la cocina.

¡Mierda!

Me estaba aturdiendo estar rodeado de tantas personas. Tenía muchas cosas que hacer, estaba desesperado, pero tenía que continuar.

Baile una sola pieza, dándole pequeñas vueltas a Ariana, con un moco de suerte se mareaba. Pero no, ni siquiera eso estaba de mi parte esta noche.

Tampoco es que me cruzaría se brazos sin hacer nada.

Cuando por fin la música se detuvo y dio paso a la siguiente melodia, dejé a Ariana en su grupo de amigas. Me estaba sofocado, así que me fui a grandes zancadas hasta el segundo piso, me quite la corbata y el antifaz en lo que llegaba a mi habitación y me encerraba en ella.

Presione el botón del audífono en mi oído y hable.

-¡Traiganla! - ordene.

No paso mucho tiempo para que Gema llegue a mí.

-¡¿Te divierte hacerme eso?!

-Responde algo pequeña - me acerqué tomando su cuello -¿Por qué besaste a ese chico?

Ella sonrío con malicia.

-Porque es mi novio.

-Deberias dejarlo.

-Creo que eso no le importa "señor"

Estrechandola entre la pared y yo, solté su cuello y aunque quise llevar mis manos a sus caderas me obligue a tomar sus hombros.

Tal vez estaba apresurandome mucho y con ella las cosas tenían que ser lentas.

¡Pero maldición! ¡me estaba volviendo loco!

-Me importa porque los que trabajar conmigo no deben tener líos o relaciones amorosas.

-¿Por qué?

-No quiero distracciones.

-Pues yo hago muy bien mi trabajo y mi novio no me distrae para nada de mis deberes como tu empleada.

Cerré los ojos y resoplé.

-Una falla Gema, tan solo una falla - su mirada desafiante me estaba declarando la guerra, como siempre. -Una falla no te la pienso perdonar.

-Entonces renunciare.

-No puedes.

-¡Sí puedo!

-¡No, no puedes! ¡Tienes una maldita deuda que pagar Gema Campbell! - dando un puñetazo contra la pared pareciera que terminó avisando a la serpiente de esta casa.

Ariana ingresó a la habitación con dos copas en manos las cuales tiro al suelo.

Inmediatamente Gema bajo la cabeza y con sus manos golpeó mi pecho para alejarme.

-¿Qué estas haciendo Debram?

-Regañandola por hacer mal su trabajo.

Gema no dijo nada, solo intento salir, pero como era de esperarse Ariana la tomó del brazo.

-¿Acaso piensas que te dejaré ir así por así?

-Ariana déjala.

-¡No!

Rodee a Ariana con los brazos.

-Vete Gema - ordené a lo que ella sin siquiera mirarme se fue.

-¿Qué es lo que estás haciendo Debram? ¿Acaso te divierte arruinarme mi cumpleaños? - y ahí estaba otra vez, casi al borde del llanto.

-Puedo hacer y deshacer lo que yo quiera Ariana, no me hagas más estos berrinches.

Soltando la, salí de la habitación dando un portazo detrás de mí.

-¿Dónde esta?

-En la cocina señor.

Caminé lo más rápido que pude, casi corriendo hacia la cocina. Cuando llegue ordene que me dejaran a solas con ella, cosa que por supuesto la indigno, no necesitaba que dijera algo para saberlo.

-Ten en cuenta, que trabajas para mí.

-Ya no más.

Cálmate Debram.

-¿No?

-Matame si quieres, pero renuncio a trabajar para un hombre como tú.

-¿Me estas desafiando? - dije sacando mi arma -¿ah?

-Haz lo que quieras.

-Esto no se quedará así.

-Matame ahora Debram, prefiero morir a seguir en tu estúpida mansión.

-Desearía jamás haberme cruzado contigo.

-¿Por qué?

Ella río con ironía.

-Si no nos hubiéramos conocido, tal vez mi vida hubiera sido diferente y ahora estuviera con mamá, trabajando honestamente ¡en un lugar donde no existen tipos como tú! Y Nick ¡ese señor estuviera vivo!

-¿Tipos como yo? Ni siquiera me conoces bien.

-No hace falta, desde que nos conocimos me dejaste en claro la clase de persona que eres.

-¡¿Se te olvido que salve a tu mamá?!

-¡No te lo pedí! ¡y lo hiciste por conveniencia!

Es verdad.

Se me acabaron los argumentos para pelear contra ella. Y sin querer apreté el gatillo, soltando una bala que casi la roza. Sin embargo, Gema se mantuvo firme.

Toque el audífono y ordene a mis hombres que preparen el auto. Iba a ponerle fin a todo esto de una maldita vez.

Salí de la cocina, y con pasos largos atravesé el gran salón. Empujando a algunos invitados que se acercaban a saludarme. No importaba a quien pisaba o a quien tiraba al suelo, necesitaba resolver esto ya.

Ni bien salí de la mansión el auto me esperaba, ordene que desalojaran a todos. La fiesta había llegado a su fin.

Conduje por un largo tiempo hasta llegar a la ciudad, la madrugada tan serena mientras que dentro de mí había un caos que estaba dispuesto a destruir todo a su paso.

Mi instinto no se equivoco, me llevaron al lugar correcto. Ahí estaba él, esperando el llamado de Gema.

Salí del auto, él lo notó y se puso de pie.

-¿Qué haces aquí? ¿Dónde esta Gema? - pregunto mientras intentaba mirar al interior del auto.

-Gema esta en mi casa.

-¿Entonces que haces aquí?

-Vine a matarte.

-¿Qué? - pregunto con asombro.

-Esta más que claro ¿no crees?

Negó con la cabeza mientras se acercaba a mí.

-Alejate de ella entonces.

-Por supuesto que no. El que debería alejarse eres tú.

¿Cómo se atreve?

-No lo haré.

-¿Por qué? Gema a sufrido mucho con Andrew, como para alguien mil veces peor se vincule con ella.

-¿Me conoces? - mi pregunta lo sorprendió, pues terminó retrocediendo -¿Por qué no dices nada, Ashton Scott? - si era la única forma, lo arriesgaría todo.

-¿Qué? - retrocedió un paso más.

-Ya lo recordé todo Ashton, y no pienso descansar hasta recuperar a mi esposa.

¿Viva, muerta o atrapada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora