Capítulo 13

3.7K 226 49
                                    

Mientras más me observaba mi cuerpo se sentía más tenso, ya no sabía hacían dónde mirar ya que sin darme cuenta mis ojos terminaban encontrándose con los ojos azules del pelinegro.

-¿Qué pasa? - pregunto, rompiendo el silencio tan incómodo que se había formado.

Me aclare la garganta antes de responder.

-Nada, es solo que ya llevamos mucho tiempo viajando y... - me interrumpió.

-Tranquila, de echo ya estamos por llegar.

Tras dar un par de vueltas llegamos a un enorme edificio. Ingresamos al estacionamiento donde una gran cantidad de hombres vestidos de traje rodearon el auto.

-No es necesario que estén aquí, vayan a sus puestos - ordeno el pelinegro -No te asustes - agregó en voz baja para después bajar del auto.

El pelinegro se acerco a uno de los pocos hombres que se quedaron ahí y luego de que este le comentara algo sonrío.

Cuando mi celular vibró no pude evitar brincar del susto. Ya me encontraba arrepintiéndome de haber seguido a este hombre como para que me de un infarto por una simple notificación.

Revise la bandeja de mensajes, era Ashton diciendo que tenia algo que entregarme. No recuerdo haberle pedido algo.

-No necesitarás eso - mi atención fue directamente al pelinegro que me hablaba desde la ventana del auto. Abrió la puerta y me quito el celular guardándolo en el bolsillo de su pantalón - Ven conmigo - me extendió la mano.

Dudosa y con temor la acepte y salí del interior del auto.

Tomados de la mano fuimos al ascensor acompañado de dos hombres.

Mientras subíamos hasta el último piso me encontraba cada vez más nerviosa y note como mi mano comenzaba a transpirar.

-No lo hagas - advirtió Debram cuando intente soltar su mano.

-Estoy transpirando mucho y...

-No lo hagas Gema.

No respondí, solo baje la mirada y espere hasta que llegáramos al piso correspondiente.

Las puertas del ascensor se abrieron en un par de segundos dejando ver un pequeño pasillo con una puerta al final.

Mire a Debram quien hizo un movimiento de cabeza y salió del ascensor conmigo de la mano.

-Era necesario venir hasta aquí.

-Claro que si, no puedes hacer un trato en la calle - sonrío.

Al encontrarnos frente a la puerta el pelinegro finalmente me soltó.

-Todo lo que hablemos no puede salir de este lugar ¿entendido?

Asentí.

Colocó una tarjeta que desactivo el seguro de la puerta e ingresamos a lo que al parecer es un departamento.

-Toma asiento - dijo con voz autoritaria mientras se dirigía hacia una habitación dejándome sola.

No sabia que era lo que más me tenía boquiabierta, si la amplitud del lugar o lo lujosa que se veía.

-Te dije que tomaras asiento Gema.

Ya estaba devuelta con una botella de vino y un par de copas las cuales dejo sobre el centro de una mesita completamente transparente.

-Ven.

Tras dar un pequeño suspiro caminé hacia el sofá que se hallaba frente a él y me senté.

-¿Deseas un poco?

-Sí.

Su sonrisa picara se asomaba a medida que llenaba ambas copas.

-Toma.

Extendí la mano para tomar la copa y cuando sentí el pequeño roce de sus dedos tocas los mío un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo.

-¿Entonces?

-¿Tan desesperada estas? - río.

-Necesito volver al hospital, no tengo mucho tiempo para estar aquí contigo - su mirada tan penetrante solo ocasionaba que mis nervios se desborden.

-De acuerdo, de acuerdo - arqueo una ceja - iré directamente al punto, señorita Campbell - bebió de su copa antes de continuar - No hace falta ser estúpido como para no deducir cual es mi oferta.

Ay no.

-¿Eso es ir directamente al punto?

-Quiero que pases una noche conmigo en este departamento a cambio del dinero para la operación de tu mamá - la expresión juguetona que tenía hasta hace unos segundos cambió a una muy seria.

¿De verdad existen personas como él?

-Es el colmo, primero Andrew y ahora tú, de todas formas es mi culpa... - me interrumpió.

-No me iguales a ese idiota Gema, somos completamente distintos - frunció el ceño.

-No me voy acostar contigo ni mucho menos me voy a prosti... - me cubrí la boca con una mano rápidamente antes de terminar la palabra, aunque claro estaba que ya había soltado todo.

-¿Acaso fue lo primero que se te ocurrió?

-¡Jamás! Todo fue idea de Andrew.

Ni siquiera debería dar explicaciones, pero aquí estaba, aclarandole todo a un desconocido lunático.

-Tranquila, no tienes que explicarme nada - se encogió de hombros - pero piensa, el dinero que necesitas para la operación de tu madre por una sola noche, con un solo hombre a que lo hagas con muchos en más y ni siquiera logres tu propósito.

No podía soportarlo más.

-¡No! - exclamé levantándome de golpe para tirarle el vino de mi copa al pelinegro.

-¡¿Qué te pasa?!

-¿Quien te crees que eres? - ¡Lo odio!

-Alguien que te puede sacar de un apuro.

-¡Eres un idiota!

-Ya deja de hacer tanto melodrama - dijo poniéndose de pie - solo acepta y ya.

-La culpa es mía por seguir a un lunático que me ofrece una "supuesta ayuda" luego de habernos conocido el día anterior - deje la copa sobre la mesa de vidrio - ¡Adiós! - caminé lo más rápido que pude hasta la puerta.

La mano del pelinegro tomó mi brazo con fuerza haciéndome girar sobre mis talones para que termine mirándolo directamente a la cara.

-¿Qué te hace pensar que nos conocemos del día anterior? Gema Campbell

Mi corazón... si, latía demasiado fuerte, una gran desesperación sin comprensión. ¿Acaso era la situación en la que nos encontrábamos? ¿O la forma en la que sus ojos querían ver algo más allá de lo que yo le estaba permitiendo?

¿Viva, muerta o atrapada?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora