Capitulo 35

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Aida

Las luces se apagaron y una neblina llenó la sala, la luz de las cámaras se apagaron. Aproveche el descuido de Jack y desde atrás ataque su cuello haciéndolo dormir. Debíamos irnos antes de que ellos volviera por nosotros, más bien por el, yo no es que importe mucho en las pocas palabras que dijeron.

—¡Mierda, Fior! Te dije que estaba bien, debías quedarte quieto —deje y Jack en el suelo y fui por el.

—Sabes que no podía aceptar que el acabara con tu vida —se incorporó.

Mi alma volvió al notar que el impacto estaba en su mano, me quite mi buzo y rasgue la manga con mi navaja y la enrollé en su mano apretándola lo suficiente para detener el sangrado.

—No seas un llorón ahora —le reprendí al escuchar su quejido —y no esperes un gracias, no me gusta que arriesguen su vida por mi en vano —.le recordé.

Aunque en el fondo estaba totalmente agradecida, yo no me iba a mover ni un centímetro y probablemente su impacto sería en mi estómago.

—Se que estás agradecida conmigo, ahora salgamos de aquí —se levantó y cargó a Jack —¿te ayudo con eso? —negué,

Rasgue la otra manga y y me la amarre al brazo.

—Deja de mirarme así —golpeó su cabeza con mi dedo y pasó por delante de él ayudando a llevar a Jack. Su risa resonó en la sala y sonreí.

Al principio estaba despejado el camino, se me hizo muy raro.

–Gemma, posición? –hablé por el dispositivo de mi oreja.

–Ya casi llegó –corto.

Seguimos caminando y un estruendo sonó, varios zapatos corriendo en una sola dirección, cómo esperaba. Los jale en la dirección contraria y nos escondimos hasta que pasaron. Luego recordé, Jack podía tener aquel olor de los puros pero también el de un humano normal, pero desde que llegamos aquí era otro, uno diferente, peculiar, cómo si fuera una mezcla de los dos. Esperaba que eso no fuera un problema aún trato de completar la palabra que quiso mostrarme.

—Gemma desactivó el sistema, tenemos como mucho una hora para salir de aquí —,Fior hablo del otro lado —,este lugar es un laberinto.

Seguimos cargando a Jack, pesaba como la mierda.

—Suéltalo y retrocedan —dos hombres aparecieron con armas.

Nos dimos una mirada rápida con Fior y dejamos a Jack en el suelo.

—Aléjense, de rodillas —señaló con su arma,

—Lamentó decepcionarte, no me arrodillo ante nadie a menos que sea para ofrecer placer —,Fior no llego a arrodillarse y golpeó el arma.

Siendo esta disparada al techo, el otro se lanzó a mi lo esquivé y golpeó su cabeza derribándolo.

—Andando ninfomana —salimos a lo que parecía ser la terraza.

—Mierda —se quejó Fior por ambos.

Estaba repleta aquella zona, no había forma de salir, ahora había personas por todos lados, con ojos juzgadores. Era claro que no nos dejarían salir ni si nada ilesos y no podríamos dos contra todos, somos somos una gallina lista para ser correteada y hecha sopa.

Pecado culposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora