Capitulo 16

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—¿A que te refieres, Jack? ¿Pagaste todas las deudas, pero como es posible? —se revolvió el cabello.

—Sabes que tenía muchos trabajos, pude ahorrar mucho y pague por fin, no tenemos que preocuparnos ahora —tome sus hombros acariciando la.

—Era mucho, Jack, prometiste sólo ayudar con los servicios y no con las deudas. Esto es mucho que procesar... ¡ni siquiera era tu obligación! —se alejó, gritando, ella jamás me había gritado —espero no estés metido en cosas peligrosas, porque juro que...

No termino la oración. Mis manos y mi espalda picaron.

—Tampoco era solo tu obligación, era de él, pero aquí estamos y no es gracias a él y lo sabes —señale enojado —ahora puedes dormir en paz y así Billie también, ya que es por mi que estamos saliendo del hueco donde estábamos y gracias a mi Billie tendrá la cirugía.

Se quedó pasmada viéndome. Tal vez dije cosas que no debía, jamás he sido así, pero la rabia estaba saliendo a relucir, siempre que tocábamos estos temas me contenía.

—Jack...

—No mamá, no quiero oírlo ahora.

Tome mis llaves y salí de la casa. Llegaría más temprano al trabajo, pero era lo mejor, me iban a pagar muy bien y era un crucero. Embarque, me sorprendió que me llamaran para este trabajo, casi nunca llaman y no recuerdo haber metido hoja de vida aquí. Me indicaron dónde debía cambiarme y lo fui hacer.

De repente sentí un golpe en mi cabeza y todo se tornó negro. Cuando me desperté por las voces a lo lejos me incorporé. La luz entraba por una ventanilla y ya era de noche. Trate de forzar la puerta pero fue en vano, estaba encerrado.

Agradecemos su asistencia el día de hoy, como saben es muy importante, el día de hoy estamos empresas como SC: Skilled caregiver, CB: Cold blood y FR: Fire rage —La voz del micrófono era poco audible me acerque a la puerta tratando de escuchar mejor —,como todos los años premiamos a nuestro continente con los mejores representantes de la empresa y estamos aquí para celebrar nuestros logros, porque derrotas o fracasos no existen aquí —todos se ríen.

Que es esto, algún culto o que. Pero no creo, ella dijo empresas, ¿que empresas en un continente celebran cosas así? Y mi mente se aclaró de golpe.

Aida dijo que se hacían llamar empresas para contrarrestar con el mundo sin que nadie supiera. Si es lo que creo, ella estaría aquí, solo debía encontrar la forma de avisarle y que me saque de aquí. No puedo morir, aún.

Tenía mi teléfono, pero no había casi señal, mierda no tengo ni siquiera su número, que putas. Pero recuerdo, si tenía el de Gemma. Le escribí teniendo que mi señal se agotara.

-¿Estás en un crucero?

Espere y al instante contesto.

-Depende. ¿Con que intención preguntas?, ¿deberíamos ir a uno, los dos, solos?

-Estoy atrapado y creo que estamos en el mismo crucero, puedes venir por mi?...

Tardo en responder, mierda. Ella es mi única opción.

-¿Y que obtengo yo a cambio?

Dios mío ilumíname o elimíname. Gemma no sabe distinguir en qué momentos dejar de bromear.

-Gemma...

-Bien. Le avisaré a Aida, no le va a gustar nada. Quédate quieto, no hagas nada y lo arruines o terminarás muerto :)

-Ok.

¿Que?, ¿muerto?. Hice lo que me pidió, no dejaba de caminar, de un lado a otro. Escuché cómo nombraban a personas, y aplaudían. ¿Esto tomará toda la noche?

—Para el final, lo más importante de esta noche. La señorita Romanov —se escuchó una gran ola de aplausos  —de las mejores, reconocida por su audacia y trabajo limpio.

Aida. Aida Romanov.

La puerta se abrió, y dos hombres entraron. Me puse en posición de combate. No dejaría que me utilizaran para lo que fuera que iban a hacer. Tenía la sospecha de que me usarían como cebo para debilitar a Aida, no se porque, pero lo presentía.

Así que terminamos peleando y aunque los derribe y estuve feliz de eso, orgulloso. Si Gemma me viera me diera unas palmaditas y alardearía de su trabajo. Pero claro, al salir había un hombre que parecía un simio gigante y me quede quieto. Los dos llegaron a mi otra vez y me tomaron por los brazos, habiéndome caminar.

Llegue a la sala y la vi. Tan hermosa como la recuerdo desde la primera vez. Lleva unos pantalones negros anchos elegantes una blusa que dejaba mostrar sus pechos, estaba ceñida a su escultura y una chaqueta de traje, toda de negro. Era imposible perderse cada detalle de ella.

Vi a Gemma, quien me devolvió la mirada y palmeó a Fior, señalándome. Su sonrisa se borro y parecía ahora fulminarme con la mirada.

Cuando Aida se sentó en su puesto, Gemma parecía contarle de mi, quien no perdió tiempo y me buscó con la mirada. Aún me ardían los brazos, estos tipos aprietan fuerte, forcejeo.

Su mirada de decepción me llegó y aparte la mirada, pero la veo aproximarse a mi, decidida.

—¡Stop! —una voz gritó y Aida se detuvo —bien, ahora comenzaremos con el show final —sonrió aquel chico que vi la primera vez. Al cual casi matan.

¿Show?, ¿que show? Este chico me señaló y todas las miradas que posaron en mi.

Ah. Que el show soy yo. Bonita la cosa.

Fui llevado al centro de la sala. Aida volvió a la mesa y conversó con Gemma y Fior, ellos parecían estar de acuerdo con ella. O una de dos o me iban a servir de plato final o me iban a usar como juguete de navidad nuevo, sin descanso.

—La señorita perfecta, ha roto las reglas y eso merece ser castigado con la muerte —el chico tenía una gran cicatriz desde la ceja hasta el pómulo.

Aida se la hizo aquella vez.

—¿De que hablas Jared? —una señora hablo desde el otro lado —¿que reglas rompió exactamente?

El chico Jared sonrió. Yo también sabia, ella no debía decirle a nadie más sobre ella, pero me lo dijo todo o casi todo.

—Romanov le contó a este humano todo y sigue vivo aún —la sala se volvió murmullos.

Apreté los ojos, esto sería un desastre, debí quedarme en mi casa.

—¿Eso es cierto Aida?. Si es así, el debe morir y tú serás castigada dependiendo lo que demanden los puros de alto rango.

Y aquí se termina todo, ya me ha salvado de tantas que perdí la cuenta, pero pensándolo bien ella fue la que me metió en este mundo, es su culpa que me deba salvar cada que la suyos quieran acabar conmigo.

Pero no me sorprendería si me deja morir a manos de todos ellos, al fin y al cabo ella no siente lo mismo que yo.

Pecado culposoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora