16 de abril

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No te esperaba y llegaste.

Y sé que si hubiera sido diferente no me hubiera dejado arrastrar por el tsunami.

¡Bendito desastre el que armamos juntos!

¡Bendito tsunami que llegó sin avisar!

Igual que tus palabras y las mías, presas del encanto que generan los nuevos comienzos, las llegadas inesperadas y las respuestas imprevistas.

El mar me arrastró

¡y de qué manera! Una manera con una sonrisa muy bonita.

Y me ahogué en tu orilla, sin probar fuerza, sin llamada de emergencia.

Me ahogué al mundo y desperté a ti.

La meteorología no pudo detectarte.

Así, en silencio, inundaste mis ganas.

Y si te digo la verdad no me creerías.

Yo no te esperaba y llegaste.

No te esperaba, pero me hacías falta.

Anatomía de un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora