18 de diciembre

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Regresa cuando no tengas ganas.

Regresa al lugar que te hizo sentir único.

A ti.

Regresa siempre, porque el pasado pisado pero de ahí se saca el impulso para plantarle cara a la vida.

Y eso, nadie lo cuenta.

Regresa a la piedra que te hizo caer y guárdala en el bolsillo, porque si de logros se trata, el obstáculo se lleva el premio.

De la victoria no se aprende.

Regresa al último beso, al pequeño detalle, a los rezos. Regresa como un niño sin fuerzas, aunque ya no te quede alma.

Porque regresar no es rendirse, es pausar el ritmo inquietante de la vida con estilo.

Anatomía de un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora