25 de julio

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Al amor se le respeta.

Al amor no se le pone mala cara y le encerramos en la habitación hasta que aprenda a comportarse.

Al amor no se le excluye, como si necesitase aprobación social.

El amor no tiene corriente política ni filosófica.

El amor no recibe órdenes de nadie, ni tiene dueño. Al amor dale la libertad y todos seremos libres.

El amor no tiene bandos, ni escopetas, ni bombas. Al amor no se le hace la guerra.

Al amor se le lleva en el Alma y en los actos, como a una iglesia.

El amor necesita ser vagabundo, enfermo, desamparado y después lo que quieras.

Al amor no se le traiciona, se le hace un altar donde puedas venerarlo y arrodillarte de vez en cuando para hacerte pequeño y perdonarte.

El amor sale a la calle, no se queda sentado en un banco esperando que vengan por él.

Al amor hay que salir a buscarlo, tomarlo de la mano y hablarle como si el corazón se te fuera a escapar de los labios.

Al amor no le importa la Psicología, los análisis ni la ciencia.

El amor no entiende de conceptos ni religiones.

El amor traspasa toda barrera engendrada por humanos.

El amor es una misión, una misión para valientes, para quienes multiplican sonrisas que a veces no tienen.

El amor no sabe lo que es la muerte.

Mas, ¡amor es empatía!

Empatía le hace falta al mundo y después podrá estudiar entonces cómo surgió la materia.

Quizás, estemos destinados al fracaso.

Pero al menos la muerte nos abrazará de una forma acogedora porque habremos amado lo suficiente como para besar el fracaso con sabor a gloria.

Anatomía de un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora