7 de agosto

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Si esto fuera una declaración de amor te haría miles de promesas que ya conoces, las recitaría de memoria, y no precisamente porque las haya pronunciado antes.

Me tomaría la libertad de hacerte saber lo mucho que me importas y sin permiso robaría esas dos esmeraldas que llevas por ojos. Esa sería mi venganza por obligarme a recurrir a la locura

¡Y sería tan fácil imaginar un futuro si te tuviera cerca!

Al parecer conformarme con ver tu rostro a través de una pantalla ha sido mi recurso de primera instancia.

Sí, "conformarme", porque solo me interesa conocerte a ti, destapar tus inseguridades y cubrirte con mi confianza. Desnudar tus emociones.

Enseñarte a querer bonito.

Tomarte de la mano.

Perdernos por ahí y encontrarnos haciéndole el amor a la vida.

Limpiar mis torpezas.

Volver a empezar.

Aparecer en tu vida sin forzar, solo de casualidad, como si nunca hubiéramos hablado, como si no te conociera. Enamorarme dos veces, pero de ti.

Poco me importa el daño que te hayan hecho o el que yo haya superado, poco me importa saber si te dolió.

En realidad no te prometo quedar intacta con mi paso.

No te digo que no vaya a estropearlo todo o que seremos eternos.

Te digo que, al menos, después de mi, te amarás más.

Ese es mi único deseo.

Esperar por ti es trivial, y no me incomoda que el destino, el tiempo o quien sea tome las riendas de este sentimiento, creo en nosotros.

Creo en ti.

Y no es una declaración de amor, pero si lo fuera...

¿Lo intentarías?

Anatomía de un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora