9 de agosto

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Mi Alejandro no viene cabalgando de  historias de antiguos guerreros.

No tiene la fortaleza de Goliat ni la astucia de David, tiene la voz de un dios y con eso mata a un ejército.

Te invito a conocer a Alejandro, no sabrás de batallas campales pero sí de hazañas que endulzan corazones.

Te invito a pasar veinte minutos a su lado, con eso le sobra para robarte una sonrisa.

Te invito a que lo conozcas, a que veas que los héroes también sufren y se deprimen, pero no por eso dejan de ser héroes.

Te invito a que lo acompañes, él estará contigo hasta el final aunque una espada haya atravesado su pecho.

Te invito a que lo quieras, él te querrá el doble.

Te invito a que le tengas paciencia, a veces puede ser exasperante, indescifrable y desconfiado pero de sus labios no saldrán palabras hirientes.

Te invito a que lo ayudes, tendrá sus momentos de duda, pero recordarás todas las veces que aún sin conocerte te salvó de caer en arenas movedizas.

Te invito a que le prestes atención, te sorprenderá la madurez con que razona.

Te invito a descubrir su espíritu curador de almas.

Te invito a ser su amigo, conocerás la grandeza humana.

Mi Alejandro no le teme a la vida, la vida le teme a él.

Anatomía de un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora