25 de marzo

1 2 0
                                    

Miro a unos ojos que no me miran.

Siento esas manos que no me tocan y que a mi pesar no me tocarán nunca.

Puedo ser lo que quieras; pero tú no quieres.

Me veo en la obligación de pintar tu rostro en el aire, memorizándolo mientras me ignoras.

¿Que si duele? Más que nunca. Más que tu sinceridad abriendo mi herida.

¿Pasará? Eso espero. Espero que se esfume pronto, como la arena con la que construí el castillo imaginario donde era princesa y tú me rescatabas.

Yo he decidido soñarte cuando tú ni siquiera duermes.

Te lanzo flores a distancia, aunque a ti no te gusta la primavera.

Te amo, pero tú no sabes cuánto.

Te miro, te sigo mirando, pero tú estás ciego.

Anatomía de un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora