13 de agosto

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Mírate.

Si hubiera sabido que ibas a envolver lo imposible con papel regalo y dárselo a la vida por Navidad.

Si hubiera sabido que ibas a bailar con lo difícil y echárselo en cara al futuro.

Si me hubieras contado que ibas a coser lenguas con agujas de valentía.

Si te hubiera visto resurgir con más estilo que el que usas para congelar mentes.

Si me hubieras ayudado a descifrar tu extraña capacidad para hacer lo que nadie hace.

Si me hubieras restregado el éxito en la cara como lo haces a diario, sin necesidad de palabras.

Si me hubieras dejado las huellas que otros desean seguir.

Si me hubieras avisado que siempre sabes qué decir en el momento correcto.

Si me hubieras donado un manual con tus soluciones triviales al miedo.

Si me hubieras dicho que ibas a arrasar silenciosamente, dejando un enorme eco.

Si me hubieras dado un avance de las barbaridades que te atreviste a hacer cuando nadie pudo.

Si hubieras hecho mención de tu increíble don para hacer y trascender.

Si hubiera conocido acerca de la seguridad con la que te mueves hacia el mañana.

Si hubiera tenido en cuenta tu manía de hacer la diferencia.

Si hubiera sabido de tu profunda admiración por lo complicado y tergiverso.

Si hubiera marcado la fecha en la que comenzaste a ser inspiración para los soñadores.

Si hubiera sabido que ibas a ser tan grande.

Mírate.

Si hubiera sabido que eras tú la que iba a inventarse las reglas...

No hubiera dudado tanto.

Anatomía de un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora