XVI

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⚠️ Contenido Explícito

Las manos de Gavi apretaron mi culo y me levantó un poco más mientras seguíamos besándonos.

Le sentí subir las manos a mi espalda y entonces desabrochó la parte de arriba de mi bikini y se quedó colgando sobre mis brazos.

Me la quité dejándola por allí tirada y entonces sus manos fueron a mis tetas para apretarlas a su antojo.

Cerré los ojos y llevé mis manos a su nuca.

– ¿Crees que iba a encontrar algo mejor que esto?– murmuró y llevó sus labios hasta mis pechos.

Tragué saliva y solté un quejido poco audible.

Sus manos bajaron hasta mis piernas y me bajó la parte de abajo para meter dos de sus dedos.

Abrí la boca para coger aire y la eché hacia atrás.

Sus dedos empezaron a salir y entrar en mi interior a una velocidad certera.

– ¿Me has perdonado verdad?– dijo mirándome.

Asentí y solté un gemido cuando abrió los dedos.

– ¿Vas a volver a dudar de mí amor?

Negué mientras gemía y movía la cadera buscando más contacto con sus dígitos.

Devoró mis labios y me mordió el labio.

– ¿Qué quieres nena?

– A ti.

– ¿A mí? ¿Solo a mí?

Asentí y me miró con una sonrisa burlona.

– Voy a darte lo que quieres cariño.– dijo y entonces me apoyó contra el bordillo y se colocó detrás de mí.

Agarró mi cintura y entonces le sentí entrar despacio.

Solté un gemido y apoyé la frente en el bordillo.

– ¿Has follado en la piscina alguna vez nena?

Negué con la cabeza.

– Esto va a ser divertido.

Al principio no lo entendí, pero entonces en un movimiento rápido me puso delante de uno de los chorros de agua y grité.

– ¿Está dando donde yo quiero verdad?– murmuró en mi oído.

Asentí gimiendo y entonces empezó a moverse dentro de mí.

Me mordí el labio buscando aguantar los gritos y así evitar despertar a Pedri.

Gavi agarró mis piernas y entonces las levantó para seguir moviéndose.

Mi cadera chocaba contra el chorro y el bordillo a la vez y sabía que así no iba a durar mucho.

Le sentí apretar mi culo y después agarró mi cintura de nuevo para arremeter contra mí.

Pensé en el morbo que tenía que dar que ahora Pedri nos pillase.

Solté un gemido cuando sentí el chorro y solté aire.

– Lo siento, voy a despertar a Pedri.

– Que se una.– dijo gruñendo y moviéndose.

Gemí al escucharle y después sentí una de sus manos bajar por mis piernas.

Llegó hasta mi intimidad y justo cuando se estaba moviendo, volví a sentir el chorro y su mano pellizcó mi clítoris.

Chillé alto y empezó a estimularme mientras el chorro hacía su función.

Pensé que esto era lo mejor que había hecho en toda mi vida.

𝐎𝐍𝐄, 𝐓𝐖𝐎, 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄 +18 | Pedri & GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora