XXVIII

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Al día siguiente nos levantamos y decidimos que íbamos a ver el pueblo de Gavi.

Sinceramente me hacía ilusión ver donde se había criado y donde había pasado el tiempo cuando era niño.

Así que comimos y fuimos hasta el centro en coche.

– ¿Ves aquel bar?– murmuró Gavi.

Asentí mirándole y sonreí.

– Allí me ponía casi todas las mañanas de verano a jugar con la pelota.

Sonreí imaginándome a un Gavi pequeño dando pelotazos y llamando la atención de todo el que se cruzase en su camino.

Después estuvo llevándome a un campo de fútbol.

– Aquí jugaba yo. La Liara fue uno de los primeros equipos en los que estuve.

Sonreí y me agarré a su brazo escuchándole hablar de todo.

Unas horas después decidimos ir a comer y entonces nos cruzamos con periodistas.

Por suerte nos habían visto caminar separados el uno del otro.

Aunque eso no frenó la ola de preguntas.

– Gavi, Gavi, ¿eres cercano a la novia de tu compañero Pedri?

– Oye Gavi, ¿sabe Pedri de vuestra visita conjunta al barrio de tu infancia?

– Gavi, ¿son ciertos los rumores de que estáis saliendo?

Me paré de lleno al escuchar aquello.

Estaba empezando a agobiarme.

Y creo que Gavi también se dio cuenta porque agarró mi brazo y tiró de mí para dejarme ir delante suya.

Conseguimos zafarnos de la ola de periodistas y nos montamos en el coche.

– Dios, ¿cómo demonios son tan insistentes?– pregunté.

– Es su trabajo Laia.

Lo miré fijamente y le vi arrancar el coche.

– ¿Has hablado con Pedri?– preguntó.

Negué con la cabeza y entonces agarré el móvil.

Busqué entre mis contactos y marqué su número.

Lo cogió al segundo tono.

– Hola cielo, ¿qué tal?

– Pedri, nos hemos encontrado con periodistas.

– ¿Qué?

– Sí, se han puesto a preguntarnos si teníamos algo en secreto.– murmuré.

– Joder. No debí dejarte ir sola con él. ¿Os habéis besado delante de gente?

Empecé a hacer memoria y recordé lo que había pasado en aquella caseta.

Aunque no había nadie dentro.

– No.– dijo Gavi.

– Entonces alguien lo sabe y lo ha chivado.

Miré al frente.

– Es imposible. Nadie más a parte de mi hermana y mis padres lo saben.– dijo Gavi.

– Pues lo habrán "inventado" para crear un rumor.

– Laia, voy a llevarte a Barcelona.

– ¿Qué?

– Voy a estar aquí varios días hasta que descubra quién ha sido.

𝐎𝐍𝐄, 𝐓𝐖𝐎, 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄 +18 | Pedri & GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora