Llegamos a casa y entré tirando los tacones por ahí.
Vi a Pedri subir a la habitación y me giré para mirar a Gavi.
– ¿Se puede saber qué os pasa?
– Yo que sé, pregúntale a él.– dijo acercándose.
Lo miré sonriendo y le agarré la cara.
No tardó mucho en unir sus labios a los míos.
Después sus manos bajaron a mi culo y lo apretó subiéndome la falda por el camino.
Sonreí en el beso y entonces escuché a Pedri llamarme.
Me aparté y lo miré fijamente.
– Voy a hablar con él, ¿vale?
Gavi asintió y entonces subí las escaleras.
Entré en la habitación y le vi quitándose la camiseta.
– Que pasa.– dije mirándole.
– ¿Puedes hacerme un masaje? Me duele la espalda.
Me acerqué y lo miré fijamente.
– ¿Qué te pasa con Gavi?
Me miró fijamente.
– No me pasa nada. Pero es un quejica.
– ¿Un quejica? Llevas toda la noche haciéndole sufrir tocándome y besándome sabiendo que él no puede hacerlo.
– ¿No puedo besar a mi novia?
– Claro que puedes, pero me has besado mirándole. Para fastidiarle. Y luego no le has dejado sentarse detrás conmigo.
Pedri soltó un suspiro y me miró.
– No voy a dejar que me arrebate a mi novia.
– ¿Cuando ha tenido esas intenciones?
– Siempre. Las tiene a todas horas.
Me crucé de brazos.
– Cariño, estás paranoico. Gavi viene tres veces a la semana para verme y aún sigues pensando que quiere robarte tu sitio. Aunque no entiendo por que te quejas, vosotros quisisteis esto y aceptaste que podía tocarme y besarme.
– Follasteis en la piscina una de las últimas noches y ni siquiera me avisasteis.
– Estabas dormido Pedri.
– Ya. Lo que él quería era hacerlo contigo sin tenerme delante.
Fui a hablar pero entonces Gavi entró por la puerta y miró a Pedri cruzado de brazos.
– Eres un gilipollas. No quiero quitarte a Laia, porque ambos tenemos una relación con ella. Incluso tú tienes más de ella que yo.
– ¿Vas a quejarte encima?– dijo Pedri.
– No. Eres tú el que más tiene y el que más se queja. ¿Estás celoso?
Los miré y vi a Pedri acercarse a Gavi.
Actúe corriendo y me puse en medio.
– ¿Celoso? Y una mierda.
– Ya. Entonces seguro que no te importará que me la tire sin estar tú delante.
– ¿Sabes qué? Follad todo lo que queráis.
Me pellizqué el puente de la nariz y los miré fijamente.
– ¿Podéis dejar de hablar de mí como si no estuviera delante? Estoy aquí y lo que no voy a tolerar es que habléis de mí como si fuera un objeto de vuestra propiedad.
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𝐎𝐍𝐄, 𝐓𝐖𝐎, 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄 +18 | Pedri & Gavi
Teen FictionLaia y Pedri eran un equipo, pero todo iba a complicarse cuando Gavi les acompañaba a Canarias a pasar las vacaciones con ellos. ¿Estás segura de tus sentimientos?