XXIX

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Había estado meses enteros saliendo con Alejandra.

Mi cuerpo pedía un pequeño descanso.

– Dice David si vamos a salir.– preguntó Alejandra.

David era un chico que llevaba detrás de mí durante dos meses.

Lo más gracioso de todo esto es que era de Sevilla.

Había estado enseñándome a bailar sevillanas y sinceramente era un chaval muy majo.

Pero no me interesaba. Él no era el andaluz que yo quería.

– No sé Alejandra, mi cuerpo pide descanso.

– Es que dice que hay una fiesta en el centro y que va a venir mucha gente.

– Vale. La última fiesta por bastante tiempo.– murmuré.

Alejandra me miró riendo y se tiró encima mía.

Era cierto que estaba muerta.

Había dormido en estos dos meses un total de 14 horas.

Ni yo misma sabía como seguía en pie.

Estuvimos durmiendo un poco hasta que Alejandra me despertó para que nos preparásemos.

Me duché y después de arreglarme el pelo me puse un vestido blanco corto.

Me puse un poco de maquillaje y el pintalabios y después salimos.

David nos estaba esperando con su coche cuando bajamos.

Me senté de copiloto y me pasó su teléfono.

– Pon música.

Tragué saliva teniendo un deja vu y después miré la lista que había.

Puse una canción aleatoria y me centré en la ciudad.

Cuando llegamos David nos llevó hasta los demás y empezamos a beber.

La gente había empezado a llegar y esto estaba a rebosar.

Alejandra empezó a agarrarme del brazo y se paseaba por todos los grupos de chicos que habían pidiéndoles el Instagram.

La miré riéndome y entonces paré en mitad de la acera.

– Un descanso. Necesito ir al baño.– murmuré.

– Ay no. Como empieces a ir al baño, ya no paras.

Me reí sabiendo que tenía razón y entonces fuimos hasta un pequeño callejón.

Me escondí tras unos matorrales y me agaché.

Cuando acabé cogí la botella de agua que llevaba bajo el brazo y me limpié las manos.

– ¿Qué vas a hacer con David?

– ¿Qué voy a hacer de qué?

– Laia, está que no caga contigo.– murmuró Alejandra mirándome.

– Lo siento. Es muy majo, pero no me van los andaluces.

– ¿Qué más da eso? No entiendo nada.

– No quiero hablar del tema.

– ¿Algún requisito más?

– Prohibidos los sevillanos y los canarios. Gracias.

– Tú me estás ocultando muchas cosas eh.

– Es mejor así.– dije mirándola.

Volvimos a la fiesta y David me agarró del brazo para bailar.

𝐎𝐍𝐄, 𝐓𝐖𝐎, 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄 +18 | Pedri & GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora