Los chicos habían cogido vacaciones y Gavi quería llevarme a Sevilla a ver a sus padres.
No sabía muy bien como tomarme aquello ni si a Pedri le iba a molestar al saberse que la relación entre Gavi y yo era extraoficial.
Así que esa noche que Pedri había llegado del entrenamiento aproveché para hablarlo con él.
– Cariño, ¿podemos hablar?– pregunté subiendo a la cama y acercándome a él.
– Claro cielo, ¿de qué quieres hablar?
– Gavi me ha dicho que mañana en cuanto os den las vacaciones quiere llevarme a Sevilla a ver a sus padres.
– ¿Qué?
– Sí.
– ¿Y quiere dejarme a mí aquí solo?
Me encogí de hombros. Sinceramente no sabía que pasaba por la cabeza de Gavi nunca.
– Hablaré con él mañana en el entrenamiento.– dijo Pedri.
– Como quieras.– dije levantándome de la cama.
– ¿Te has enfadado?
Me giré con los ojos abiertos y lo miré.
– Ah. Pensaba que sí.
Negué con la cabeza y solté una risa. Después salté sobre la cama y me abracé a él.
– ¿Quieres que salgamos a pasear un poco?– preguntó mirándome.
– Claro.
Nos levantamos y después de vestirnos salimos para caminar por las calles de Barcelona.
Pedri me agarró la mano y me acerqué a él mientras paseábamos.
Llevábamos un rato paseando cuando vi que me llamaban.
Lo cogí y Pedri me miró.
– Nena
– Hey Pablo, ¿pasa algo?
– ¿Has hablado con Pedri?
Se ve que el indicado nos escuchó porque agarró mi móvil y se lo llevó a la oreja.
– Tú, ladrón de novias.
Intenté escuchar a Gavi, aunque fue imposible.
– Bueno, puedo aprovechar y yo así visito a unos amigos de Valencia.– murmuró Pedri.
Un poco después colgó y me dio el móvil.
– ¿Qué ha pasado?– pregunté.
– Vas a ir con él a Sevilla, así que yo iré a Valencia a visitar a unos amigos.
Lo miré fijamente.
– ¿Estás seguro de que quieres que me vaya?
– Claro, pero ten cuidado, la feria de allí se pone a rebosar, no te separes de él en ningún momento.
Asentí y después me abrazó.
Cuando volvimos a casa subí a darme una ducha y después empecé a preparar la maleta.
Pedri iba dándome cosas.
– ¿En serio? ¿Un abrigo?
– Sí. Así no se te ve nada.
Me eché a reír y coloqué el abrigo de nuevo en una percha.
Empecé a coger pantalones vaqueros, tops y vi a Pedri mirarme de reojo.
– Cariño, no les muestres mucho, que los sevillanos tienen una labia para seducir increíble.
Lo miré riéndome y me acerqué a él.
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𝐎𝐍𝐄, 𝐓𝐖𝐎, 𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄 +18 | Pedri & Gavi
أدب المراهقينLaia y Pedri eran un equipo, pero todo iba a complicarse cuando Gavi les acompañaba a Canarias a pasar las vacaciones con ellos. ¿Estás segura de tus sentimientos?