Capítulo 13

416 28 35
                                    

Subí al auto de Bret, este me saludó. Me acomodé en el asiento y traté de esconder mi rostro entre mis manos. No quería llorar, menos frente a él. No podía verme en mi punto débil.

ㅡNena, ¿está todo bien? No me contaste que ocurrió.

ㅡEs mi hermano, me controla la vida y no deja que tenga contacto con otros hombres. Me fui.

ㅡ¿Tienes dónde quedarte?

ㅡOdio pedir favores, Bret. Pero necesito quedarme unos días contigo hasta conseguir un trabajo y poder pagarme un apartamento.

ㅡNena, puedes quedarte conmigo el tiempo que creas necesario. Vivo solo pero mis compañeros pasan en casa, son todos unos vírgenes y creo que necesitamos una chica entre nosotros.

ㅡEso sonó tan feo. ㅡReí.ㅡ Muchas gracias.

ㅡNo es nada.ㅡ Acarició mi mejilla.ㅡ Puedes contar conmigo, luego de ese beso caí a tus pies.ㅡ Bajé la mirada, sonrojada.ㅡ Te llevaré a mi casa.

Comenzó a conducir en dirección a su casa, tal vez era una locura lo que estaba haciendo, vi a Bret solo una vez. Pero prefería confiar y arriesgarme a volver a un lugar donde no quisiera estar.

Lo bueno de esto es que no me llamarían, no sabrían donde estoy. No tengo teléfono personal así que en parte me dejaba tranquila. Tenía una gran necesidad de hacer que se preocupara por mi, que no supiera dónde me había metido.

Llegamos a la casa de Bret, no tenía nada de parecido al mugrero donde vivía hasta hace unas pocas horas.

Muy linda decorada por fuera, tenía unas rejas de color blanca, de esas automáticas. El césped era verde y muy nutrido, cortado a la perfección.

La casa estaba pintada de un color gris claro, de dos pisos y con muchos ventanales grandes.

Bret ingresó el auto por el gran portón y allí bajó y rodeó el auto rápido para poder abrirme la puerta.

Me tendió su mano para bajar, la tomé y bajé para caminar tras él mientras ingresaba a su casa, o mejor dicho, mansión, por dentro era mucho más inmensa.

ㅡBienvenida a tu casa momentánea, _____.

ㅡWow, es inmensa. Tu casa es muy bonita Bret.

ㅡPuedes sentirte como si fuera tuya, la empleada de la limpieza se llama Beth, el chef Jeffrey.

Wow, qué nombre, me hacía recordar a alguien que quiero y me quiere mucho. Nótese el sarcasmo, por favor.

Me dirigió a la planta superior, donde me mostró la habitación en la cual me quedaría. Para ser la habitación de invitados era inmensa, se ve que les iba bien con su banda.

La habitación estaba decorada en tonos neutros, blancos, grises y beiges. Con una cama matrimonial en el medio, un escritorio y el armario encastrado a la pared. Además, tenía un stereo en la mesa de noche.

La alfombra era peludita y muy linda, sin dudas amaría tirarme allí y leer o escuchar música por horas.

A pesar de que mi hermano era rockero al cien, yo me interesaba sí por esa música, pero en mis tiempos libres solía escuchar música más clásica, ya saben, la que dicen que es anticuada.

ㅡVeo que te gustó.ㅡ Rió levemente el rubio a mi lado. ㅡCierra la boca, te entrarán moscas.

ㅡEs que no puedo creer que esta habitación para invitados sea tres veces más grande que mi propia habitación.ㅡ Sonreí. ㅡPrometo que el tiempo que estaré aquí será poco.

ㅡNena.

ㅡEnserio, me emociona estar aquí, iré a buscar...

ㅡNena, óyeme.ㅡMe detuvo Bret.ㅡ Te lo dije y lo volveré a repetir, quédate el tiempo que creas necesario, está bien.

You Could Be Mine || Izzy StradlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora