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Traiciones

¿Por qué estás tan exaltada ahora, Alana?—preguntó Otto Hightower, mientras su hija daba vueltas nerviosamente en la habitación.

—¿Y ahora preguntas la razón de que esté exaltada, padre?—lo dijo en un tono de disgusto y sarcasmo. Nunca se sintió así en su vida.—Si siquiera pueda llamarte eso. Me vendiste a tu peor enemigo como nada, un objeto. Soy tu hija, por dios.

—Tranquilízate, tampoco fuera que Daemon sea adecuado para ti. Pero él será el futuro rey y tú su reina, tendremos más poder e influencia.—Otto tomó a Alana por los hombros, haciendo que lo mirara directamente.—Contigo como su reina consorte.

Ella quería desaparecer. Su padre quien ella admiraba firmemente, la decepcionó. Ahora se daba cuenta de que él solo la "amó" desde su niñez por sus propias ambiciones, nada de esa basura de promesas que le hizo eran verdad. Ni una sola de ellas, él era el monstruo que todos le dijeron una vez que era él y ella. Por parecerse tanto psicológicamente a él, y por eso se dio cuenta tan rápido de lo que su padre le estaba intentando hacer. Él crio a una copia suya, ahora que no esperará que ella se quedaría sentada con los brazos cruzados.

—¿Nosotros?—musitó Alana.—Lo hiciste para que tú tuvieras más poder. Mientras este compromiso siga, no te atrevas a llamarme hija nunca más.

Con eso salió de la habitación de su padre en la que estaban hablando. Si su padre estaba dispuesto a hacerle esto, a condenarla a una vida de sufrimiento y tristeza en un matrimonio que seguro que no funcionaría. Daemon la odiaba, y viceversa. No había nada que lo pudiera cambiar. Alana veía al príncipe heredero como un hombre arrogante, impulsivo, irresponsable y sabía que era capaz de dañarla a ella solo por ser hija de Otto Hightower. Ya que este implantó en las menté de todos que su mayor debilidad era Alana y su hija preferida. Daemon odiando a Otto, tenía la oportunidad dorada de "dañarlo" mediante ella.

Alana nunca se permitió reaccionar a esta manera en ningún asunto, incluso en el funeral de si madre y cuando se enteró de su deceso. Ella solo soltó unas pocas lagrima, comparadas a las cero que soltó su padre. Pero ella se decía que la situación lo ameritaba. Iba a ser condenada a una vida que ciertamente no querría nadie en su posición.  Ella se refugió en una de las terrazas de la enorme Fortaleza Roja, sentada en un banco que daba la vista al Mar Angosto. Se sentía algo perdida, todo el mundo le aviso sobre la ambición de su padre y ella se rehusó a creerles. Ahora ella sería metida en un matrimonio infeliz.

—Tu hermano me ha dicho lo que ha pasado, Alana Hightower, no me gusta verte así.—ella reconocería esa voz desde kilómetros, James Lannister. Jaime para sus amigos.

—Tampoco es que me guste estar así.

Él se sentó a su lado, ella apoyó la cabeza en su hombro buscando algo de confort. Él la rodeó con sus brazos y dejó que ella estuviera en esa posición con él, después de todo habían hecho más que eso en un punto de su supuesta amistad. La quería mucho, y haría lo que fuera para hacerle sentir mejor cuando estaba en tal estado.

—Mi padre solo me desposará a Daemon para que sea su reina consorte y tenga a sus herederos, así dándole más poder a él. Nunca pensé que me trataría de esta manera, y temo que Daemon me haga algo.—confesó Alana, estando en los brazos de su querido amigo Jaime.

—Juro que le cortaré la cabeza a ese canalla como te hiera de cualquier manera.

—Gracias, pero eso traería más problemas que soluciones.—sonrió, le gustaba que Jaime fuera así con ella.—Sinceramente, él también se veía sorprendido cuando el rey lo anunció.

—Seguro, porque o sino él hubiera montado un escándalo. Yo no me quejaría cuando estaría por casarme con la mujer más inteligente y hermosa de los Siete Reinos.—comentó, satisfecho al verla sonreír y acercarse más a él.

—Eres el mejor Jaime.

Alana y Jaime eran más que amigos desde hace mucho tiempo, solamente Gwayne sabía sobre esto y nadie más por su bien. Ya que inicialmente fue el que los introdujo y posteriormente los pilló teniendo relaciones en el establo, pero eso es otra historia completamente diferente. Lo que importaba era que Jaime era el lugar seguro de Alana y una persona que tenía su completa confianza y amor. Gwayne no se opuso a esto, ya que no le importaba mientras que su hermana estuviera feliz. También porque conocía a Jaime y la verdad veía como miraba a Alana y sabía que nunca le haría daño. no

Ambos trataban de ocultarlo lo mejor que podían cuando estaban ante el ojo del público, pero en privado, no había nada de autocontrol.

La noche cayó y ellos dos no contuvieron su amor por esa sola noche, se fueron a un lugar muy aislado de la Fortaleza Roja por la noche. Una de las torres abandonadas que habían y que nadie iba a, menos durante la noche. Donde ellos deberían de estar durmiendo en sus dormitorios.

—Alguien podría venir.

—No me importa, te quiero aquí y ahora. Y se también cuanto lo quieres tú también.—le susurró al oído Jaime mientras la acorralaba contra la pared.—Déjame que te haga sentir bien por todo el estrés y sufrimiento que has debido de pasar por el maldito canalla.

"Jaime amaba con locura a Alana,
y podríamos decir que ella también aunque nunca se vería en una relación oficial con él."

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Al día siguiente, todos sabían sobre el compromiso que había entre el Príncipe Heredero Daemon Targaryen y Lady Alana Hightower, quién ahora se convirtió en su Princesa Consorte.

Se sorprendieron bastante de esta pareja, ya que de todas las doncellas que habían no sé esperaron que fuera la hija de la Lord Mano que tanto odiaba el príncipe. A pesar de eso, todos lo aceptaron como si tuvieran cualquier opción. Y eso hicieron también los comprometidos, ninguno de los dos habló con el otro hasta que en una pequeña celebración que hizo el rey en honor a esto. Prácticamente los obligaron, tanto el rey al príncipe y la Lord Mano a la ahora princesa consorte.

—Parecen que ellos están disfrutando más de "todo esto" que nosotros, quienes deberíamos de estar felices. Un tanto irónico, ¿cierto?—dijo Alana, intentando conversar con el príncipe.

—Algo en lo que podemos coincidir en.—respondió cortante.

—Ni tú ni yo queremos esto, pero lo tenemos que hacer por el Reino.—ella ya había aceptado su destino, ser la esposa del hombre que más odiaba.—Sé que de este matrimonio el amor no va a surgir, así propongo que hagamos algo.

—¿Qué podrías tú, Alana Hightower, proponerme a mí?—preguntó sarcásticamente, mientras bebía de su copa de vino. Él pensaba que esto no iba a salir bien, que nada bueno podría venir de la primogénita de su enemigo.—No es como si pudiéramos revertir esta decisión.

—Ciertamente. Aunque podrías producir ese heredero que tanto quieren ellos y después, que cada uno se fuera con quien quisiera. Con una sola condición.

—¿Cuál?

—Que nadie más que nosotros y las parejas sepan de este acuerdo, si fuera público no traería más vergüenza a nadie más que nosotros. Y no podemos aguantar eso, los nobles tienen una fuerte opinión de ti y eso me encargaré yo de cambiarlo. Ya que necesitarás su apoyo si quieres ascender a rey y yo por consecuencia a reina consorte.

𝐇𝐀𝐓𝐄𝐑𝐒-daemon targaryen fanfiction Donde viven las historias. Descúbrelo ahora